
Vida dura para los parados ingleses y para los beneficiarios de los subsidios de invalidez. De ahora en adelante, las ayudas estatales no les lloverán del cielo, sino que tendrán que ganárselas. El ministro de Trabajo y de las Pensiones, James Purnell, anunció hace unos días un proyecto de ley que obligará a los que buscan trabajo desde hace más de 12 meses a desempeñar actividades socialmente útiles durante una semana al año, por ejemplo limpiando grafitis.
Y para los que llevan en paro más de dos años, el trabajo socialmente útil se convertirá en una actividad a tiempo completo.
El objetivo del Gobierno es reducir en un millón -de aquí a siete años- el ejército de los 4,5 millones de personas que viven de los diferentes subsidios de desempleo con los que cuenta el país. Entre ellos, los que reciben subsidios de invalidez. Estos últimos verán incluso cómo cambia léxicamente la definición del subsidio que reciben. Dejará de llamarse incapacity benefit (prestación por incapacidad), para denominarse employement support allowance (complemento para el apoyo al empleado).
El papel de los médicos
El cambio de nombre no es casual, desde el momento en que el Gobierno pretende ayudar sólo a los que son realmente discapacitados, impulsando a retornar al mercado laboral a todos los que sean capaces de trabajar. Desde 2013, pues, el Gobierno considerará a todos los que cobran subsidio de invalidez, excepto a los casos más graves, como si lo fuesen temporalmente y con posibilidades de recuperación.
Para distinguir a los realmente inválidos de los tramposos, cambiará incluso el procedimiento por el que se concederán los certificados médicos, con una segunda opinión de un médico diferente al de la unidad sanitaria asignada al paciente.
La vuelta de tuerca se aplicará también a los drogodependientes, que tendrán que presentarse, hacerse curar y estar dispuestos a realizar prestaciones laborales a cambio de las ayudas recibidas. "Pasar la vida entre los subsidios estatales ya no será una opción posible", dijo el ministro Purnell al presentar la ley en forma de "libro verde".
El ministro se comprometió, además, a "simplificar la jungla del sistema de subsidios públicos". En primer lugar, en 2013, quedarán reducidos a tan sólo dos categorías: la jobseeker allowance, para el parado que goza de buena salud, y la employement and support allowance para los discapacitados más o menos temporales.
El coste de la 'trampa'
Según un estudio realizado hace unos meses por David Freud, ex banquero y asesor del Gobierno, estos últimos abusarían de 2,7 millones de subsidios de invalidez en casi dos tercios de los casos. Una trampa que explica este giro que ha realizado el Gobierno de Gordon Brown, que en los últimos tiempos está siendo duramente criticado por sus ciudadanos debido a la mala gestión en materia económica. Y es que los ingleses han visto cómo sus bolsillos han quedado casi vacíos ante el duro repunte de la inflación debido al alza del petróleo y de los alimentos.
Pero, además, los británicos han visto cómo el número de parados aumenta a pasos agigantados. En junio se registró la mayor subida en un mes de las demandas de prestaciones por desempleo de los últimos 15 años: 15.500 personas, hasta sumar un total de 840.100.
La propuesta de Brown de poner a trabajar a los desempleados, que se estaba gestando desde hacía tiempo, retoma, por otra parte, numerosas iniciativas avanzadas por los conservadores el pasado mes de enero. De ahí que éstos se hayan apresurado a subrayar que el Gobierno ha ido a pescar al depósito de sus ideas a pesar de lo cual ya anunciaron que votarán a favor de la ley.