
Madrid, 10 oct (EFE).- Carolina Merchán, una de las 128 jóvenes participantes en el programa de formación y empleo de españoles en Erfurt, asegura que desconfió del trabajo que le ofrecieron en Alemania cuando le sugirieron que hiciera una Formación Profesional en Turismo, porque ahí "las chicas guapas quedan mejor".
En declaraciones a Efe, la joven, de 29 años, ha relatado su experiencia y cómo Sven Knierenschild, responsable de la empresa gestora de los contratos, se puso en contacto con ella -tras apuntarse a un anuncio en una web de búsqueda de empleo- para ofrecerle una lista de trabajos y que eligiera por cuál quería apostar.
A pesar de que Carolina hubiera preferido ser ebanista, en su primer encuentro, el pasado julio en Arganda del Rey (Madrid), Sven la convenció de que se decantara por el sector de la hostelería y el turismo, donde "las chicas guapas quedan mejor", una frase que, desde un principio, le suscitó desconfianza.
Entre las causas que hicieron sospechar a la joven, de origen colombiano, estaba que la supuesta ayuda parecía basarse en el altruismo de la empresa, ya que a los madrileños no les pedían nada a cambio (aunque sí que exigieron 150 euros a los estudiantes que partían de Toledo para tramitar el contrato de trabajo).
A principios de agosto, una vez comenzado un curso intensivo en una escuela de idiomas de Arganda del Rey, los organizadores informaron a los alumnos de que el 9 de septiembre podrían viajar a Alemania, subvencionados por el Gobierno de Angela Merkel, si bien la salida se retrasó al 19 de septiembre.
El cuidado de sus dos hijos y el gasto de 1.000 euros en los billetes de avión, en préstamos y en organizar su vida en Alemania, unido a que sus compañeros le habían recomendado que no fuese, porque el lugar es "cutre" y le dijeron que parecía "la cárcel", llevaron a Carolina a renunciar a encontrar trabajo en ese país.
Según ha relatado, sus compañeros le mandaron imágenes de sus habitaciones y de los aseos, en las que se reflejaba que los estudiantes tenían que compartir un baño entre diez personas y que las habitaciones eran compartidas, a pesar de que les prometieron individuales.
Unas fotografías que distan de lo que la empresa intermediaria había prometido a los jóvenes: habitaciones individuales, 500 euros para la mudanza y otros 800 para la beca de estudio y trabajo.
Además, la joven añade que los estudiantes se encuentran lejos de la ciudad de Erfurt, "prácticamente abandonados" y en unas condiciones "mucho peores" de las que habían imaginado.
El mismo Sven Knierenschild, quien había faltado a la última semana de clases en Arganda, pidió a Carolina que no fuera a Erfurt, porque, según le dijo, allí reinaba "el caos".
Carolina asegura que Sven siempre dio la cara, aunque añade que ahora "está diciendo cosas que no son", como, por ejemplo, que su socia "ha mentido en todo" y que él ha hecho lo que tenía que hacer.
La chica ha asegurado que cuando habló por primera vez con sus compañeros se mostraron "muy nerviosos" y le admitieron que la situación iba "muy mal".
La situación de los 128 jóvenes españoles que participan en el Programa de Movilidad de Erfurt es ahora, según cree, "mucho más esperanzadora", porque la embajada española en Alemania les está "echando una mano" y al menos, pueden alimentarse en un comedor social.
La sede social de la empresa gestora de los contratos tiene su sede en la localidad madrileña de Las Rozas, aunque hoy no aparece ningún rotulo y nadie contesta a las reiteradas llamadas de teléfono.