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Economía

La banca se subirá al carro de la inmigración para salvar su actual 'bache'

Los expertos calculan que la incursión de la inmigración en el sector bancario de España crecerá exponencialmente en los próximos meses. Según datos de la consultora Management Solutions, la vinculación de los extranjeros no pertenecientes a la Unión Europea se multiplicará, al menos, por dos hasta 2010. La inmigración, que para ese año, representará casi una quinta parte de la población, incrementará el número de productos y servicios contratados con una entidad.

Cabe destacar en estas estimaciones que el número de inmigrantes hipotecados pasará del 9 por ciento de 2006 al 22 por ciento en 2010, por lo que su peso en este segmento será vital para su desarrollo futuro. El sector espera que los préstamos para la adquisición de una vivienda se ralentizarán y se elevarán por debajo de los dos dígitos en el presente ejercicio.

Adaptación

En los últimos años, todos los agentes (bancos, cajas e intermediarios) han ido adaptando su oferta a las necesidades de la inmigración, tal y como destacaron sus representantes en unas jornadas sobre esta materia organizadas por Intereconomía la semana pasada.

Todos ellos subrayaron el contexto actual, que se caracteriza por las turbulencias del mercado crediticio internacional y el parón inmobiliario en nuestro país. Esta situación conllevará, a juicio del Banco de España, unas mayores restricciones en la concesión de préstamos. El director general de DB Credit, Fernando Acuña, hizo hincapié en que estas limitaciones afectará de forma similar a todos los clientes y que, por tanto, los inmigrantes no tendrán cláusulas adicionales, aunque sí remarcó que este colectivo, "en tanto agrupe perfiles de riesgo", tendrá menor acceso a los productos de financiación. Indicó que la morosidad de los extranjeros duplica a la media nacional. La tasa de dudosidad alcanza en la actualidad el 0,83 por ciento y los analistas no descartan que este año supere el 1 por ciento.

Uno de los ponentes más críticos con la situación fue el presidente de la asociación Adicae, Manuel Pardos, quien denunció que los inmigrantes pagan un 8 por ciento más por sus hipotecas.

La banca se ha dado cuenta del potencial de crecimiento y su contribución a la generación de beneficios. Se estima que los ingresos de la población extranjera ascienden cada año a unos 20.000 millones de euros, un dinero que se tiene que gastar o invertir. La partida más generosa es la compra de pisos, por encima, incluso, del envío de remesas a sus países de origen. En concreto, este colectivo destina 6.000 millones cada año a la adquisición de 40.000 viviendas.

Uno de los problemas que se encuentra este grupo a la hora de recurrir a las fuentes de financiación es la falta de estabilidad laboral. Muchos de ellos están ligados a las actividades de la construcción y el turismo.

Pero no es la única dificultad que se cruza en su camino. El idioma es una barrera para entender ciertos productos y contratos. Y este colectivo suele acudir a los prestamistas privados de créditos rápidos por la publicidad.

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