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Economía

Comercio de falsificaciones representó 200.000 millones de dólares en 2005

París, 4 jun (EFECOM).- El comercio internacional de bienes falsificados representó unos 200.000 millones de dólares en 2005, según las estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a partir de las cifras de decomisos por las aduanas.

El valor total de los productos falsificados o pirateados, si se añadieran los que se producen y venden en un mismo país, podrían superar ese monto en varios cientos de miles de millones de dólares, precisa la OCDE en un informe dedicado a ese fenómeno.

Además, esas estimaciones tampoco incluyen los productos digitales que transitan por internet, precisa en el documento, titulado "El Impacto económico de la falsificación y del pirateo", divulgado hoy.

Asia constituye la principal región de este tipo de comercio y China es la principal fuente de productos falsificados, aunque la organización puntualiza que en función de la naturaleza de los bienes pirateados hay peculiaridades de unos y otros mercados.

Así, Oriente Medio es el gran mercado de piezas de recambio para el automóvil, mientras que en el caso del tabaco hay que hablar de Latinoamérica, África y Asia.

Los medicamentos pirateados plantean serios problemas en África, pero también ha habido importantes operaciones de decomiso en Europa y Latinoamérica.

África, Latinoamérica y Asia vuelven a ser el primer destino en el mundo de los alimentos, bebidas y productos del hogar falsificados.

El conocido como "Club de los países desarrollados" considera que los gobiernos deben trabajar de forma más estrecha con las empresas y reforzar su acción represiva ante la expansión de los intercambios de estos bienes en todo el mundo porque eso entraña riesgos para las poblaciones y desincentiva la innovación.

"El comercio de productos falsificados plantea un grabe problema y el problema se amplifica", advierte el "número dos" de la dirección de Ciencia, Tecnología e Industria de la OCDE, John Dryden.

En esas actividades participan "personajes poco recomendables y sin escrúpulos" y tienen "graves implicaciones en términos de salud, de seguridad, de nivel de vida y de empleo" además de constituir "un gran desincentivo de la invención y la innovación", señala Dryden.

La OCDE aconseja en primer lugar "reforzar la cooperación entre los poderes públicos y los industriales" para hacer más eficaces los dispositivos actuales y definir nuevas estrategias para combatirlos.

También apuesta por endurecer las sanciones legales contra los infractores para disuadirles pero también para una indemnización más pertinente de los daños sufridos por los propietarios de derechos.

Otras recomendaciones son sensibilizar a los consumidores sobre la amenaza que acarrea la falsificación y obtener informaciones fiables y actualizadas sobre el alcance del fenómeno y su impacto económico.

El Comité Consultivo de Empresas e Industrias ante la OCDE (BIAC) se felicitó de la publicación del informe, que a su juicio ilustra "la dimensión" del pirateo a escala mundial.

El BIAC también aplaude el diagnóstico de que este fenómeno mina "la capacidad de los países para construir y mantener sus economías mediante la innovación en bienes y servicios" y que hay que actuar de forma más firme. EFECOM

ac/jla

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