
Washington, 21 abr (EFE).- Las economías asiáticas se recuperaron de la crisis mundial mucho mejor de lo que se esperaba a lo largo del año pasado y se espera que el crecimiento continúe firme, afirmó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", el FMI pronostica un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para la región del 6,9 por ciento en 2010 y del 7,0 por ciento para el año que viene.
La recuperación ha venido alimentada, según la institución multilateral, por la "rápida normalización del comercio", la renovación del ciclo de inventarios -que ha impulsado la producción y las exportaciones-, el aumento del flujo de capitales hacia la región y la firmeza de la demanda interna.
Los bajos niveles de deuda pública permitieron a numerosas economías asiáticas la puesta en marcha de medidas contra la crisis, apunta el Fondo, que calcula que los planes de estímulo fiscal puestos en práctica en la zona añadieron un 1,75 por ciento al crecimiento de la región en 2009.
Según los vaticinios de la institución financiera, el crecimiento tendrá características diferentes en Asia a lo largo de este año y el próximo.
En China e India, la fuerte demanda interna contribuirá a apoyar la economía. En el primer país, el crecimiento rondará el 10 por ciento este año y el próximo, mientras que en India se espera que alcance el 8,75 por ciento en 2010 y el 8,5 por ciento en 2011.
La fortaleza de la demanda interna en ambos países tendrá efectos positivos en otras economías asiáticas, en especial los exportadores de materias primas y bienes de capital. Los países de la ASEAN crecerán un 5,5 por ciento este año.
En Japón, las exportaciones han contribuido a una incipiente recuperación, pero el Fondo prevé que la demanda interna continúe debilitada por la debilidad del mercado laboral, el resurgimiento de la deflación y un exceso de capacidad de producción.
Las perspectivas para este país "dependen crucialmente de la recuperación global y del apoyo de la política fiscal".
Entre los desafíos que prevé el Fondo para la región se encuentra la posibilidad de una demanda más débil en los países socios, como Estados Unidos, para los países dependientes de las exportaciones. Esos países tendrán que reequilibrar su economía hacia fuentes internas de crecimiento.
En concreto, asegura, China tendrá que adoptar como prioridad el impulso de su demanda interna mediante una mejora del acceso a la financiación para las familias y las pequeñas empresas.
En economías relativamente más cerradas, como la india, donde el crecimiento ha venido impulsado sobre todo por los planes de estímulo, el principal desafío será garantizar una consolidación fiscal duradera.
Japón, agrega, tendrá que fortalecer su demanda interna y luchar contra la deflación.
Dada la fuerte recuperación de Asia, señala la institución, una de las grandes claves será la planificación del abandono gradual de los planes de estímulo.
Esto será especialmente importante en economías como la india, la australiana o la malaya, donde las autoridades ya han comenzado a endurecer su política monetaria, o en China, donde el fin del estímulo monetario minimizará los riesgos de condiciones de crédito demasiado permisivas.