París, 24 may (EFECOM).- El secretario general designado de la OCDE, el ex ministro mexicano José Angel Gurría, instó hoy a este organismo a ocuparse también de la reducción de las desigualdades económicas y de la lucha contra la pobreza, no sólo por razones de justicia sino por interés económico.
"La pobreza es la más grande amenaza sistémica. Debemos combatirla tanto por razones éticas y morales como por las puramente económicas", subrayó Gurría en un discurso durante la ceremonia de traspaso de poderes con el secretario general saliente, el canadiense Donald Johnston.
El político mexicano dijo que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) puede tener "un impacto significativo" si se implica en "la reducción de disparidades económicas y el combate a la pobreza", objetivos que además figuran en el documento constitutivo de lo que se conoce como el "Club de los países desarrollados".
A su juicio, hay que invertir en capital humano, lo que requiere no sólo mejor educación y oportunidades de empleo, sino también una mejor sanidad y calidad de vida, que deben convertirse en "prioridades" de la organización.
A ese respecto, contó haber sido "testigo del impacto que puede representar para los más pobre el acceso al agua potable", que hará avanzar el cumplimiento de casi todos los Objetivos del Milenio, que buscan reducir a la mitad la pobreza extrema en el mundo.
Gurría, de 56 años, aprovechó para trazar su visión de la organización en un acto formal que marca el inicio de su mandato de cinco años, y que estuvo presidido por el primer ministro griego, Costas Caramanlis, cuyo país dirige este año los trabajos del Consejo ministerial de la OCDE finalizado hoy.
Aunque el nuevo secretario general, que esta mañana se entrevistó con el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, no asume teóricamente sus funciones hasta el próximo 1 de junio, en la práctica estará ya al frente desde la semana próxima, ya que Johnston se toma unos días de vacaciones antes de mudarse de París.
Gurría, que fue titular de las carteras de Relaciones Exteriores y Hacienda en su país, repasó la situación económica internacional, de la que dijo que aunque para este año y el próximo es hasta cierto punto positiva, "no es momento de bajar la guardia".
Citó como principales amenazas la subida de los precios del petróleo, que no augura se reduzcan "de forma drástica" en un futuro próximo, los desequilibrios financieros internacionales, la falta de convergencia económica entre los miembros de la OCDE, los retos del envejecimiento de la población o los obstáculos a las inversiones.
Una atención particular le mereció "la interrupción de las negociaciones comerciales", por la que -dijo- "corremos el riesgo de perder la oportunidad de abrir más nuestros mercados y aprovechar los beneficios del comercio" e incluso el riesgo de que se reaviven "las presiones proteccionistas".
Gurría recordó que los países miembros de la OCDE se han comprometido a llevar a cabo reformas estructurales para aumentar el crecimiento y el empleo, pero se enfrentan a resistencias, ya que "los afectados se dejarán ver y se harán oír, mientras que los beneficiados estarán más dispersos y tenderán menos a la acción colectiva".
Por eso, "la OCDE deberá ser convincente y hacerse escuchar en defensa de los beneficios de la reforma, mientras que a la vez está consciente de que deben aplicarse mecanismos compensatorios para quienes se vean genuinamente afectados por la reforma", dijo. EFECOM
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