
El jueves comenzó en la Audiencia Nacional el juicio por el mayor atentado de la historia de España, ocurrido el 11 de marzo de 2004 en Madrid, con un balance de 191 muertos y más de 1.700 heridos.
La Fiscalía solicita para los 29 procesados más de 270.000 años de prisión, aunque la mayor parte de los autores materiales se suicidaron en un piso de Leganés cuando estaban cercados por la Policía unos días después de la matanza en las líneas de ferrocarril.
La evaluación del coste económico que ha supuesto la masacre del 11-M a las arcas públicas alcanza los 521 millones de euros, más de 86.000 millones de las antiguas pesetas, según un estudio realizado por elEconomista sobre datos de un informe de la Universidad Complutense de Madrid y el propio auto del juez instructor del caso, Juan del Olmo.
¿Impacto limitado?
Más allá del coste en vidas humanas, cuya valoración siempre resultará insuficiente, los atentados terroristas originan una serie de costes económicos que sí se pueden cuantificar con bastante precisión. Según un estudio realizado por el Instituto de Análisis Industrial y Financiero de la Universidad Complutense de Madrid, que dirige Mikel Buesa, el impacto económico de estos atentados terroristas en la Comunidad de Madrid ha quedado limitado, dado que los ataques terroristas no han tenido continuidad en el tiempo.
De no haber sido así, es evidente que la repercusión económica, no sólo en Madrid sino en España, hubiera sido mucho mayor de los 521 millones de euros calculados sobre el citado estudio y los datos valorados por los peritos de la instrucción en el auto de procesamiento dictado por la Audiencia Nacional.
El coste de los atentados
El efecto directo de los atentados del 11-M en Madrid ha sido limitado, además de por su falta de continuidad, por la efectividad de la represión policial y judicial. Esta conclusión es similar a la que se ha obtenido en estudios sobre otros atentados de gran envergadura como el ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Según el New York City Partneship, su coste ascendió a una cifra equivalente al 0,79 por ciento del PIB de Estados Unidos en aquel año.
Volviendo a España, el coste que provocaron los atentados del 11-M en Madrid equivale, en términos relativos, a menos del 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad de Madrid. Con respecto a España en su conjunto, ese coste es todavía más pequeño. Hay que tener en cuenta que el propio estudio aclara que se trata de una evaluación realizada con criterios "conservadores", por lo que el resultado obtenido ha de ser considerado como "coste mínimo".
Se podría deducir de todo esto, según el mencionado estudio, que los terroristas no buscan para lograr sus objetivos políticos causar permanentemente daño económico, sino que más bien tratan de buscar un daño psicológico sobre los ciudadanos para propiciar su desistimiento con respecto a la causa que dicen defender.
Una cuenta muy larga
En fin, para hacer un cálculo aproximado fidedigno del coste de los atentados del 11-M hay que tener en cuenta los datos aportados por el Instituto de Análisis Industrial y Financiero referidos al coste de rescate y atención inicial a las víctimas; el coste sanitario, de atención psicológica, así como las pérdidas de salarios imputables a las personas que resultaron heridas y el gasto en las instalaciones utilizadas para la identificación de víctimas mortales y la atención de sus familiares; así como la repercusión económica derivada de la gran manifestación organizada en Madrid tras los atentados.
Por su parte, del auto de procesamiento de la Audiencia Nacional se extraen los datos aportados por los peritos sobre los daños causados en las vías e infraestructuras de Renfe y en las estaciones de Santa Eugenia, el Pozo y Atocha, así como en la vivienda y aledaños del epílogo suicida en Leganés.
Los mayores gastos
El mayor porcentaje de la cifra global resultante del coste total del 11-M, en definitiva, corresponde a la pérdida de 191 vidas humanas y a las heridas causadas a las 1.755 personas afectadas directamente por los atentados, daños todos ellos que se valoraron en función de las indemnizaciones que tienen derecho a percibir las víctimas, es decir, 427.400 euros cada una.
Un segundo concepto en importancia -al menos, desde el punto de vista monetario- es el que recoge la expresión de la solidaridad de la sociedad para con los afectados; y así, una parte importante del coste total estimado de los atentados se atribuye a la manifestación celebrada el 12 de marzo de 2004, con más de 57 millones de euros.
En tercer y cuarto lugar aparecen respectivamente los estragos causados en las infraestructuras ferroviarias y en las viviendas, a los que hay que sumar el coste sanitario de atención a las victimas, que se acerca a los 30 millones.