
La tasa interanual del índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha caído siete décimas en julio hasta situarse en el -2,1%, el nivel más bajo desde 1950. A pesar de ello, los analistas restan importancia a los posible problemas de deflación e inflación, ya que el los preciso permanecieron estables respecto a junio. La confianza del consumidor de Michigan cae inesperadamente en agosto.
Los economistas consultados por Bloomberg esperaban de media que la inflación permaneciera estable en julio y que la tasa interanual se colocara en el -1,9% tras el -1,4% de junio.
"No estoy terriblemente preocupado por la inflación", comenta Kurt Karl economista jefe para Estados Unidos de Swiss Reinsurance. "En general, la economía tiene una situación muy dura para los consumidores y minoristas", añade.
La inflación subyacente, en la que se excluyen los alimentos y la energía, subió un 0,1% en el mes, en línea con las previsiones, y un 1,5% en tasa interanual, por encima del 1,7% del mes anterior y por debajo del 1,6% esperado por el mercado.
Los precios de la gasolina bajaron un 0,8% tras subir un 17,3% el mes anterior, ayudando a la contención de los precios. El índice de alimentos bajó un 0,3%, la mayor bajada desde mayo de 2002, después un dato sin cambios en junio.
Todo bajo control
El banco central de Estados Unidos mantuvo estables los tipos de interés en su rango actual objetivo de entre el 0 y 0,25% en su reunión del pasado 12 de agosto. Al mismo tiempo, anticipó que la economía seguirá débil en los próximos meses y que seguirán vigilantes y al pie del cañón, y señaló que la inflación se mantendrá controlada "durante algún tiempo".