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Economía

Los azarosos cinco años de China en la OMC o cómo combatir a los piratas

Carmen González

Pekín, 13 dic (EFECOM).- China celebra pletórica esta semana sus cinco años en la Organización Mundial del Comercio (OMC), convertida en tercera potencia comercial del mundo y, según dice el Gobierno, con los deberes hechos, afirmación que algunos consideran gratuita.

De todas las rencillas durante el lustro, ha sido sin duda la protección de los derechos de propiedad intelectual la más aireada tanto por Occidente, que acusa a Pekín de no hacer lo suficiente, como por la propia China, que anuncia con profusión cada una de sus campañas y logros en el combate.

Pero la lucha tiene varias triquiñuelas, entre ellas, que el sector da empleo a millones de personas y que entre sus máximos clientes están los cada vez más numerosos turistas occidentales.

En un informe publicado ayer, la Casa Blanca culpó a Pekín de no actuar con energía contra la piratería ni cumplir, en general, los compromisos asumidos con la OMC.

"Es demasiado duro decir eso sin mencionar el salto adelante que ha hecho China. De lo que se trata ahora es de trabajar con ellos para seguir desarrollando las regulaciones y su aplicación, sobre todo a nivel local", dijo hoy a Efe Giorgio Magistrelli, secretario general de la Cámara de Comercio Europea en China.

Consideró que proteger los derechos de propiedad intelectual es interés de las compañías chinas, que protagonizaron el 90 por ciento de los casos de disputas comerciales en la OMC.

En este punto coinciden también algunos analistas chinos.

"Tenemos todavía muchos problemas. China en realidad sólo obtiene auténticos beneficios de ser un centro manufacturero, pues tiene mucho que avanzar en investigación y patentes", explicó a Efe Mei Xinyu, del Instituto de Comercio del Ministerio de Comercio.

A su juicio, "el modelo de crecimiento económico chino tiene que cambiar, porque la mano de obra y el coste de la tierra, factores importantes para el precio de las mercancías chinas, están subiendo lenta pero constantemente".

En el medio rural cada vez queda menos mano de obra para suministrar a los centros industriales, y "en muchos pueblos, la estructura de su población es la del que acaba de pasar por una guerra: casi no se ven varones de 16 a 25 años. Se prevé que en 2013, la mano de obra ya no será una ventaja en China".

Otros, sin embargo, enarbolan la bandera del nacionalismo y siguen desconfiando del forastero.

"Las propuestas de absorción de empresas chinas por parte de extranjeras amenazan a la industria nacional, roban a China su capacidad de desarrollar su investigación técnica y capacidad de gestión, y hacen que siga siendo un país en desarrollo perenne", apuntó Zuo Dapei, de la Academia Social de Ciencias.

Sea como fuere, EEUU y Europa han acusado a China de un renovado protagonismo y de plagar de restricciones sus sucesivas aperturas, la última de las cuales tuvo lugar esta semana en el sector bancario.

Pero los chinos contraatacan y dicen que, para proteccionismo, el de ellos, con sus recientes cuotas al calzado y el textil, y su negativa en la Ronda de Doha a moderar sus subsidios y tasas agrícolas en detrimento de los países más pobres.

En el país que idolatra los récord Guinnes, el Gobierno recurre a plusmarcas económicas para defenderse de las críticas.

Desde su entrada en la OMC, revisó más de 2.000 leyes y reglamentos comerciales, abolió 700, recortó las tarifas para las mercancías industriales del 14,8 al 9,1 por ciento, y para los agrícolas del 23,2 al 15,35 por ciento, dice la agencia Xinhua.

"China, como miembro joven de la OMC, todavía tiene espacio en la aplicación de sus obligaciones. Pero todos los miembros, incluidos EEUU y la UE, deben mejorar su actuación, y no deberían medir la de China con estándares que exceden sus compromisos y capacidad", dijo el embajador chino para la OMC Sun Zhenyu.

Tras este periodo de transición de cinco años, el país asiático se enfrentará sin duda a una redoblada presión para que ensanche más sus mercados, aunque su capacidad para presionar será también, sin duda, mucho mayor. EFECOM

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