
Berlín, 3 mar (EFE).- El ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, considera que el plan de rescate presentado por la dirección de Opel para conseguir ayudas estatales que garanticen el futuro de la empresa es insuficiente y poco claro.
"No puedo reconocer todavía" un plan de saneamiento que merezca la confianza y el apoyo económico del Gobierno alemán, dijo Steinbrück anoche en unas declaraciones a la televisión pública alemana ARD.
A juicio del responsable del tesoro alemán "no tiene sentido poner a disposición de Opel dinero que probablemente acabe en cualquier otro lugar, en Estados Unidos. Para mí no ha quedado tampoco claro cómo va a funcionar el proceso de separación de General Motors".
Aunque no descartó que finalmente se concedan las ayudas que reclama Opel, calculadas en unos 3.300 millones de euros, Steinbrück dijo que la empresa deberá antes formular un plan de reestructuración claro.
"Estamos esperando desde las primeras conversaciones en noviembre que presenten el plan para separarse" de su casa matriz, General Morors, afirmó el ministro, quien subrayó que no es asunto del Estado diseñar ese proyecto, sino de la empresa afectada.
Anteriormente, el ministro alemán de Economía, Karl-Theodor zu Guttenberg, anunció que el Gobierno no se dejará apremiar a la hora de tomar una decisión sobre las posibles ayudas a Opel.
"Todavía no hemos tomado ningún tipo de decisión", afirmó el ministro tras reunirse en Berlín con la directiva europea de General Motors y Opel.
Guttenberg aseguró que el Gobierno "analizará, sopesará y entonces decidirá si toma alguna decisión y de qué tipo".
Antes de todo ello, añadió, viajará a Estados Unidos a mediados de marzo para hablar con la casa matriz algunas de las cuestiones que quedan por aclarar.
Insistió que antes de que el Estado se pronuncie sobre posibles ayudas debe comprobarse "si realmente existe una perspectiva de futuro real".
El plan de supervivencia presentado la semana pasada por General Motors Europa y Opel contempla una independencia parcial de la empresa alemana de la casa matriz estadounidense.
De acuerdo a estos planes, las marcas Opel y Vauxhall formarían una sociedad conjunta, participada por General Motors y otros inversores, figura que, según los expertos, plantea todavía muchas incógnitas.
Opel necesita para su supervivencia capital por valor de 7.000 millones de euros, de los que 3.300 deberían provenir del Estado, 3.000 millones de General Motors y otros 1.200 millones de programas de ahorro de la propia empresa.