
Hace poco menos de una semana los mandatarios de EEUU y China anunciaron a bombo y platillo un "nuevo modelo" de cooperación tras la cumbre celebrada en California. Barack Obama se reunió con el presidente Xi Jinping, en el desierto de California y reveló que tanto Beijing como Washington tienen las miras puestas en objetivos similares, y el preciado premio es America Latina, según analiza Gary Regenstreif en Reuters.
La región ofrece más oportunidades de comercio e inversión en un momento en que las reformas económicas incrementan su creciente clase media. El continente es rico en materias primas y energía, dos activos que tanto China como Estados Unidos necesitan. De hecho, el pulso político es evidente.
Obama visitó México y Costa Rica el mes pasado. El vicepresidente Joe Biden viajó recientemente a Colombia, Trinidad y Tobago y Brasil. El presidente de Chile hizo una visita a Obama como también lo hizo su homólogo peruano. Mientras tanto, Xi realizó una gira que también lo llevó a Costa Rica y México para promover el comercio y la cooperación.
Tanto EEUU como China intentan afianzar su posición en Latinoamérica en busca de forjar mejores acuerdos y encontrar múltiples socios comerciales. Eso probablemente obligará a Washington a trabajar duro para mantener su liderazgo comercial con China, que tiene mucho más dinero para gastar en la región.
Estados Unidos, el mayor socio comercial de América Latina, aún conserva una posición de ventaja. Washington ha firmado acuerdos de libre comercio con más de un tercio de las naciones del hemisferio y anualmente intercambia más de 800.000 millones de dólares en bienes y servicios con América Latina - triplicando así el comercio de la región con China.
Sin embargo, durante su primer mandato, el gobierno de Obama fue ampliamente criticado por descuidar América Latina. Y China aprovechó el momento. China comenzó su comercio anual con la región desde prácticamente cero en el año 2000 a cerca de 260.000 millones en 2012. De hecho, en 2009, superó a Estados Unidos como el mayor socio comercial de Brasil, la potencia de la región, en gran parte por las compras masivas de mineral de hierro y soja.
Washington teme así que China vuelva a repetir en América Latina el éxito económico construido en África, donde Pekín ha sido capaz de presentarse como un socio benevolente, que ha supuesto un factor a favor frente a los intentos de Occidente de inmiscuirse en los asuntos internos
De hecho, según los expertos, la relación de EEUU con Latinoamérica es más complica ya que China intenta un desembarco estrictamente económico y tiene una agenda específica. La agenda de EEUU es más difusa, sin embargo, la niña bonita de América Latina debe dar la bienvenida a ambas potencias y aprovechar los halagos de inversión de ambos países.