Motociclismo

Rossi-Lorenzo: dos jinetes impagables

  • En 2009 el sueldo de Lorenzo era de 2 millones, este año cobrará 10
Rossi ha incluido una cláusula que le permite pilotar un Fórmula 1.


El próximo fin de semana comienza el Mundial de Motociclismo, con el italiano Valentino Rossi y el español Jorge Lorenzo acaparando todos los focos y una jugosa nómina de 24 millones de euros.

El espectáculo de las dos ruedas regresa a partir del próximo fin de semana en Qatar, donde comienza una nueva temporada del Mundial de Motociclismo. Un Mundial que, al igual que sucediera en 2010, ha vuelto a encontrar en España su centro neurálgico. Ningún otro país del mundo tiene tanta presencia: ni por el nivel de sus pilotos (siete españoles ocuparon el podio en las categorías MotoGP, Moto2 y 125cc), ni por sedes del torneo (hasta cuatro circuitos nacionales acogen el Mundial) ni tampoco por la expectación que suscita en las gradas. Eso sí, a nivel de audiencias televisivas, Italia sigue estando por delante, en buena medida gracias al impacto que ha generado en la última década Valentino Rossi, nueve veces campeón del mundo.

Rossi volverá a ser, un año más, el principal protagonista del pequeño circo de las dos ruedas. Lo es por varios motivos. El primero, su recuperación total tras la lesión sufrida mediada la pasada temporada, que le tuvo varios meses alejado de los circuitos y aceleró el triunfo de Jorge Lorenzo, hasta el pasado mes de noviembre compañero de escudería.

Porque éste es el segundo motivo que subraya el protagonismo de Rossi: el italiano se ha convertido en la gran esperanza para que el Mundial regrese a las vitrinas de un fabricante trasalpino, ya que este año no correrá en Yamaha, sino en Ducati.

Valentino el de los 14

El cambio de montura de Rossi ha generado no pocos debates, y le ha llevado a una situación de expectación similar a la que generó cuando abandonó Honda para fichar por Yamaha años atrás. Entonces Yamaha no conseguía igualar el rendimiento de su principal rival, y decidió fichar a golpe de talonario al italiano, que aceptó el envite con el compromiso de transformar esta escudería en la referencia de los circuitos. Tras conseguirlo, ahora vuelve a probar el mismo desafío: hacer que la moto Ducati sea mejor que las Honda y las Yamaha en la pista.

El propio Rossi ha insistido en que la principal motivación que le ha llevado a enfundarse la montura de Ducati ha sido el reto de ser campeón con una marca italiana, por encima del dinero. De hecho, en el contrato que ha firmado con su nuevo equipo figura un salario de 14 millones de euros al año, lo mismo que cobraba en Yamaha. Aunque con matices: Rossi se ha encargado de incluir una cláusula por la cual Ducati no le pondrá ningún reparo a que pruebe un Fórmula 1 de Ferrari o se suba a uno de los vehículos Fiat que compiten en las pruebas de rallies.

Precisamente Fiat ha sido uno de los coprotagonistas del cambio de aires por el que ha apostado el nueve veces campeón del mundo. Cuando Rossi aterrizó en Yamaha, esta escudería vio cómo se le abría una puerta en el mercado italiano. Y Fiat no tardó en llamar al timbre, con casi 11 millones de euros en mano para convertirse en el patrocinador oficial del equipo. La historia ahora se ha vuelto a repetir: Rossi ha decidido marcharse a Ducati... y el carrocero italiano ha optado por retirar su pegatina de Yamaha, aunque no para irse al nuevo equipo de Il Dottore, sino directamente para abandonar el Mundial.

¿Qué ha hecho Yamaha para contrarrestar este efecto? Nada, absolutamente nada. De hecho se rumorea en el paddock que, nada más conocer la oferta que Ducati había puesto encima de la mesa de Rossi, la marca de Sepang le presentó una propuesta de renovación a la baja. ¿Por qué estaría Yamaha dispuesta a dejar marchar al mejor piloto del mundo? La respuesta es Jorge Lorenzo, llamado a ser el próximo mejor piloto del mundo, y al que su equipo ha renovado con un jugoso contrato.

El nuevo Lorenzo

Yamaha se ha quedado sin Rossi y sin su principal patrocinador (de hecho no ha encontrado recambio para Fiat, tras tantear la posibilidad de que Telefónica volviera a los circuitos de motociclismo), pero a cambio mantiene a Lorenzo sobre la montura de su prototipo de dos ruedas. Un Lorenzo más ganador (es el vigente campeón de MotoGP), más rico (su nuevo contrato es de 10 millones de euros) y con una nueva estrategia de explotación comercial.

Sobre el primer punto, el piloto mallorquín tiene en 2011 un duro desafío por delante: se trata de volver a luchar por el título, esta vez con Rossi en el bando contrario y sin la ausencia de éste por lesión. Del segundo término, el dinero, Lorenzo entra este año en el top 5 de los deportistas españoles mejor pagados. El pasado verano, al mismo tiempo que Rossi anunciaba su marcha a Ducati, Yamaha le ofreció un jugoso contrato de renovación tasado en 10 millones de euros por curso. Es una cantidad cinco veces superior a lo que cobraba el español en 2009.

Por aquel entonces Ducati ya andaba buscando un jinete con el que aspirar al Mundial y tanteó a Lorenzo, poniéndole ante los ojos seis millones de euros. Pero el de Palma de Mallorca decidió ser fiel a la escudería de Sepang, conformándose con una mejora de contrato que estableció su caché en 3,6 millones más incentivos por rendimiento. Eso sí, con la condición de poder contar con los mismos materiales que Rossi, para seguir aprendiendo del italiano y demostrar que es, hoy por hoy, el único piloto que puede competir mano a mano con él.

En lo que aún está lejos de equipararse con Il Dottore es en el aspecto comercial. Rossi factura casi tanto por sus acuerdos con patrocinadores que por rodar en los circuitos. Lorenzo ha empezado a seguirle los pasos. Para empezar este año ha iniciado una nueva estrategia que le ha llevado a asociarse con nuevos perfiles de marcas. Recientemente ha firmado un contrato con la empresa estadounidense de bebidas energéticas Rockstar Energy Drink, en la que es su primera aventura en el mercado norteamericano, y también se ha prestado a diseñar un coche de juguete para la marca Hot Wheels.

En lo que quizás se haya equivocado es en cambiar el número 99 que ha lucido durante su incipiente carrera por el 1. Valentino sigue fiel a su ya clásico 46.




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