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Joaquín Goyache: "No permitiremos que ningún alumno deje la Universidad por problemas económicos"

  • Es doctor en Veterinaria por la UCM desde 1991

Carmen García
Madrid,

El catedrático Joaquín Goyache ha sido elegido como nuevo rector de la Universidad Complutense de Madrid, al haber obtenido el 50,2 por ciento del voto ponderado en las elecciones que tuvieron lugar el pasado 3 de abril. Goyache es profesor titular de Universidad y fue, en el pasado, vicerrector de Posgrado y Formación Continua de la UCM, habiendo desarrollado también con anterioridad otras labores de gestión universitaria.

Tras unas votaciones reñidas, ¿cómo ha vivido la victoria en las urnas y convertirse en el rector de la universidad más grande de España?

Recuerdo ese día con intensidad, con mucha ilusión y también con un cierto grado de sorpresa porque no partíamos como los grandes favoritos. Al final todo salió bien y se ganó gracias a los estudiantes y al personal de administración y servicios.

El mayor apoyo obtenido en las elecciones ha sido por parte de los estudiantes, ¿cómo se siente en relación con estos datos?

Hicimos una apuesta saliéndonos de lo tradicional, es decir, quisimos enfocarnos en el sector de los estudiantes haciendo un mensaje fresco, con una dinámica participativa. Sin embargo, el arranque fue un fracaso por la escasa participación de este sector.

¿A qué se debe la baja participación del sector del alumnado?

Hemos hecho que en esta universidad los estudiantes pasen por ella sin implicarse. Ven unas elecciones a rector como algo intrascendente, porque no conocen la figura del rector y les parece algo completamente lejano. Esto también ocurre porque no participan en la vida de los diferentes campus y facultades y es algo que tenemos que cambiar. Entendemos que la universidad tiene que ser un lugar de formación de profesionales y de personas, pero los jóvenes se forman participando en actividades culturales o deportivas, no sólo asistiendo a clase. No es fácil implicarlos, pero no va a ser imposible.

Sin embargo, en el caso de los profesores con dedicación permanente se situaron más del lado de su adversario, ¿cómo tiene pensado conseguir su apoyo?

No ha habido una grandísima diferencia en sí, pero nosotros vamos a trabajar para toda la comunidad universitaria, independientemente de que nos hayan apoyado o no. Nos hemos comprometido a ser un equipo rectoral de todos, intentaremos mejorar las condiciones para que hagan su trabajo mejor y trataremos de trabajar por ellos pero, sobre todo, por la Universidad en general. Creo que no va a ser difícil porque tenemos un proyecto ilusionante y vamos a intentar hacer las cosas bien, por lo que no me preocupa demasiado. Sé a ciencia cierta que vamos a poderlo lograr y ya veremos los resultados dentro de cuatro años. Es verdad que si se observan exclusivamente los datos, la universidad está dividida entre los dos candidatos, pero han sido unas elecciones muy novedosas para la Complutense con solo dos candidatos.

¿Qué objetivos principales tiene como rector de la UCM?

Ahora mismo lo que queremos hacer en primer lugar es mejorar las condiciones de trabajo y de estudio; queremos conocer cuáles son las debilidades reales de nuestra universidad. Sabemos cuáles son los grandes potenciales, pero tenemos algún punto débil que nos está lastrando. En campaña, algunas estudiantes que estuvieron haciendo un año en otra universidad preguntaban que por qué procesos que aquí cuestan semanas, allí los solucionaban en 10 minutos, y esto no lo podemos permitir. No podemos aceptar que los estudiantes, profesores y personal de servicios pierdan tanto tiempo en hacer tareas tediosas. Además, también queremos abrir la universidad hacia afuera, recuperar terreno perdido en Latinoamérica, estar más presentes en otros continentes y recuperar ese sello Complutense que se ha perdido.

El mensaje con el que se presentó a las elecciones era "recuperar el prestigio de la Complutense", ¿cuándo lo ha perdido y por qué motivos?

Se ha perdido porque no hemos sabido comprender el peso que debería tener la Complutense en la sociedad madrileña, española, europea e internacional. Nos hemos dedicado a solucionar nuestros pequeños problemas diarios y hemos descuidado la visibilidad de nuestras actividades hacia el exterior. Es verdad que, en los últimos años, aunque la UCM sale en los medios por cosas buenas, principalmente sale por las cosas malas y esto debería cambiar. Tenemos tanta riqueza en la Complutense que es hora de empezar a mostrarlo de una forma dinámica cercana, comprendiendo cuáles son las vías de comunicación de ahora.

¿Cuáles son las medidas primordiales que realizará durante los primeros días de mandato con respecto a estudiantes, profesores y personal de administración y servicio?

Tanto en el PDI como en el PAS, queremos un rejuvenecimiento de la plantilla. Pretendemos estabilizar a nuestros compañeros que están de forma interina, con contratos que tienen que ser renovados cada poco tiempo y que merecen tener una carrera profesional. Además, le damos mucha importancia a ofrecer una formación especializada tanto para el PDI como para el PAS. Me refiero a cursos de idiomas, de aprender a hablar en público, de gestión de recursos humanos, de internacionalización, etc. En cuanto a los estudiantes, las dos medidas primordiales que tenemos es que ningún alumno deje la carrera o no pueda acceder a la universidad por problemas económicos y, sobre todo, tratar de implicar a los estudiantes en la gestión de la universidad.

¿Dónde se encuentran los principales errores del anterior mandato de la universidad?

Los grandes errores han estado en la gestión de estos últimos años. Se han impuesto ciertas acciones como por ejemplo la reestructuración de departamentos sin el suficiente contexto. Considero que este cambio se ha hecho de una forma meramente numerística y no con aspectos académicos o investigadores. Este va a ser un lastre que vamos a tener que analizar y estudiar y, sin duda, formará parte de las primeras medidas que llevaremos a cabo.

La Universidad Complutense tiene un problema con el envejecimiento de la plantilla, ¿qué medidas tiene pensado tomar en este sentido?

Un ejemplo claro es la figura de Ayudante a Doctor, que en teoría debería ser una de las fases previas de entrada al mundo universitario. Estos perfiles, que están entrando ahora mismo en la Universidad Complutense, tienen de 40 años para arriba y esto no es rejuvenecer. Nosotros entendemos por rejuvenecer que unos estudiantes que estén con la realización de la tesis tengan algo más de veinte años. Esto es preocupante porque en los próximos cinco o diez años se va a jubilar una parte importantísima de esta universidad y la transición de este periodo va a ser muy dura. Necesitamos gente joven, que se vaya formando poco a poco, con figuras nuevas que les permitan a nuestros estudiantes iniciar una carrera académica si así lo desean.

Las becas y las ayudas al estudiantado son muy valoradas por este sector, ¿se plantea algún cambio en esta área?

Si económicamente podemos, tenemos pensado aumentarlas. Ahora mismo hay una política de becas muy acertada que se ha potenciado en este mandato y queremos, al menos, mantenerla y, si podemos, potenciarla. Estamos hablando de cuatro millones de euros íntegros destinados a ayudas. Vamos a recurrir a muchas vías para que ningún estudiante deje de estudiar y queremos becas para personas en situaciones difíciles, ya sea con discapacidad, que necesiten ayudas especiales, de residencia o existencia. La Universidad tiene que ser accesible para todos y tenemos facultades que no están bien adaptadas a personas con problemas de tipo movilidad o de cualquier otro.

Ha habido quejas sobre los planes de estudios sobre su antigüedad, ¿tiene pensado retocarlos?

No hace tanto que se han cambiado, pero ya hay algunas facultades que están estudiando la readaptación de los planes de estudio y lo vamos a aprovechar, sin duda. El traspaso de las antiguas licenciaturas a los grados en España se ha hecho mal y los resultados no han sido todo lo buenos que deberían ser. Tenemos idea de potenciar este cambio y ajustarlo a las necesidades de la sociedad y de nuestros alumnos no sólo en los grados, sino que también en los másteres, con el objetivo de que los complementen.

En cuanto a la transparencia económica, ¿será la universidad complutense más transparente con usted al frente?

La transparencia en general es uno de los grandes lastres de nuestra universidad y que no se ha desarrollado en estos cuatro años. De hecho, en los rankings de transparencia estamos muy atrás en comparación con otras universidades españolas, y esto es algo que no se puede consentir. Para ello, vamos a actualizar toda la página de transparencia, nos meteremos en la administración digital de lleno para que toda la sociedad tenga acceso a todos los datos de nuestra universidad: salarios, proyectos, etc. Esto no es fácil, pero es obligatorio. Nos meteremos de lleno en la universidad digital y haremos que todo sea accesible.

¿Qué papel tendrá la investigación en la universidad durante los próximos cuatro años?

El gran peso de la investigación en España la llevan las universidades y es un pilar fundamental para las instituciones, porque si no investigamos no vamos a ser capaces de enseñar a los estudiantes de una forma adecuada. Tenemos pensado agilizar todos los trámites que tienen que hacer los investigadores de la Complutense, para que hagan menos tareas administrativas y se dediquen más a hacer proyectos y a investigar. Para nosotros la investigación es uno de nuestros pilares, yo, de hecho, formo parte de uno de los grupos de investigación más potentes de esta universidad y comprendo a la perfección los problemas que hay.

Respecto a la brecha de género en la rama STEM, ¿qué tiene pensado para intentar reducirla? Además, ¿tiene en mente tomar alguna medida en temas de igualdad?

Vamos a trabajar en abundancia las políticas de género, porque entendemos que esta brecha no se puede corregir sola. Tenemos que tomar acciones radicales principalmente desarrollando una investigación y una docencia de género. Nos gustaría introducir enseñanza de género en todas las titulaciones, pero es imposible. No obstante, sí que podemos desarrollar másteres y grados sobre cuestiones de género. Considero que hay todavía muchísimo por hacer y no podemos quedarnos quietos. Debemos ser una universidad potente en estos aspectos y liderar esta reducción de la brecha de género.

En este contexto, desde hace un par de años se ha visto un cambio en el rectorado de algunas universidades españolas y comienza a haber mujeres rectoras...

Sí, pero sin embargo, aquí en la Complutense no se ha presentado ninguna mujer y esto no es normal. El techo de cristal existe. Nosotros tenemos profesoras que han desarrollado una carrera profesional brillante siendo decanas, catedráticas, directoras de departamento, y sin embargo no se ha presentado ninguna mujer a rectora. Algo ocurre para que haya pocas mujeres en la alta esfera de la universidad.

La polémica de los másteres de la Universidad Rey Juan Carlo puso en duda el prestigio de las universidades públicas, ¿cómo ha afectado este hecho a la Universidad Complutense?

Nos ha afectado a todas las universidades públicas y ha manchado gravemente el nombre de una institución educativa pública, que yo entiendo que con sus defectos y sus virtudes es una buena universidad. Ahora mismo, tener un título de una institución pública ha bajado mucho su prestigio, porque si la sociedad percibe que la universidad no tiene calidad suficiente y está manejada por el interés político, es un hecho con el que nos encontramos en la realidad y espero que podamos recuperar poco a poco, a pesar de que nos va a costar.

Últimamente se ha hablado mucho de cómo salen de preparados los estudiantes de las universidades y si realmente conocen de primera mano cómo es la realidad de una empresa. ¿En qué momento se encuentra la conexión que tiene la Complutense con las empresas?

Creo que tengo una visión demasiado sesgada sobre este tema, porque en mi facultad y en mi grupo de investigación tenemos una relación extraordinaria con el sector público y privado. Considero que la Complutense no está de espaldas a la sociedad, tenemos una buena conexión con los sectores productivos aunque es verdad que todavía tenemos que avanzar mucho más. Con las prácticas pre-profesionales, nuestros alumnos sí tienen un contacto con el sector productivo. Somos una universidad pública y tenemos que trabajar para la sociedad y devolver a la sociedad todo lo que nos da, y esto significa que tenemos que aumentar los convenios con empresas, administraciones, etc. Tenemos que conseguir que los estudiantes hagan más prácticas y si es posible que sean remuneradas, pero a pesar de todo, creo que salen bien preparados, mucho mejor de lo que ellos piensan.

La internacionalización, ¿qué papel tendrá en los próximos cuatro años?

Vamos a abrir nuestra Universidad a estudiantes y profesores de otros países. No obstante, la internacionalización no sólo consiste en tener relaciones para ir a otros países con los alumnos o investigadores, también es que para estudiar ciertos siglos de la historia de España, se tenga que ir a Salamanca, a Sevilla o a la Complutense, y esto también es internacionalización. En cuanto a la tradicional, tenemos pensado abrirnos a África, porque creemos que es el continente del futuro y es la gran descuidada de las universidades españolas. Es un continente con muchísima juventud que necesita formación para el desarrollo de su futuro. Tenemos que recuperar Latinoamérica y otros países asiáticos.

Se ha dejado de hablar del sistema 3+2, ¿qué opinión le sugiere?

Intentar plantearse el sistema 3+2 sin analizar si ha sido bueno el 4+1, que lo hicimos en contra del resto de países europeos, no es positivo. El Espacio Europeo de Educación Superior se hizo para entendernos entre los países, para que los esfuerzos de los estudiantes y los profesores sean similares. Con esto me refiero a que ya empezamos mal, mientras el resto de países implantaban el 3+2 y nosotros el 4+1. Sin embargo, lo que se está proponiendo ahora de que cada universidad haga lo que quiera es el mayor error que se puede hacer porque no nos entenderíamos entre las propias instituciones. La educación superior es una cuestión de Estado y no podemos dejar una libertad absoluta porque con esto estaríamos dificultando a nuestros alumnos.