Supracafé quiere hacerse un hueco en los hogares españoles

Presente en la hostelería -especialmente en la de la gama alta- la compañía ultima la apertura de otra línea de mercado enfocada al gran consumo de la mano de tiendas especializadas y de su web.

Con más de 25 años de historia Supracafé -compañía de capital español productora de café con fincas propias en Colombia- quiere dar en 2016 un nuevo paso al frente en nuestro país para que su café, ya presente en el ramo de la restauración nacional, especialmente en el de la alta gama, esté al alcance del gran público. Para alcanzar este reto la firma -fundada por el empresario Ricardo Oteros y en manos de su fundador y de dos socios más, también españoles, Raúl Gil y Vicente Arregui- empezará a vender su café -100 por ciento de la variedad arábica- en tiendas especializadas de alimentación, además de en su propia página web.

Con esta estrategia, Supracafé -que cosecha su café en la meseta de Popayán, en el departamento colombiano del Cauca y compra café en otras latitudes, como Etiopía, Nicaragua, Brasil, Costa Rica o Guatemala, entre otras- quiere aumentar su peso en el mercado español, donde ya opera en establecimientos de la parte alta de la tabla de la restauración, como el restaurante Santceloni, el Zalacaín, Botín, el Hotel Ritz, el Hotel Palace, el Gran Casino de Madrid, en las Pastelerías Mallorca, en las pastelerías Vait, en las de Mamá Framboise o en los establecimientos de las cadenas hoteleras Urban o NH, entre otros.

Mayor presencia en el canal horeca

A esa lista de establecimientos hosteleros, Supracafé -cuya producción anual de café asciende a 200 sacos de 70 kilos cada uno- quiere incorporar los locales pertenecientes a las cafeterías 3G.

Cafeterías como El Cafelito -en pleno barrio de Lavapiés de Madrid- que, según ha explicado a elEconomista Alimentación, Beatriz Meneses, del área del Centro de Conocimiento y Cafetería 3G de Supracafé, no sólo apuestan por servir café a sus clientes, sino que lo maridan con otros productos e interactúan con los consumidores con el objetivo de informarles y mejorar sus conocimientos sobre el café y la cultura que gira en torno a este producto en nuestro país.

De hecho, con la vista puesta en esa educación, Supracafé acude este año, por primera vez, a la edición de Madrid Fusión. Durante ese evento, al igual que durante el resto del año, la compañía va a defender la figura del barista para ensalzar la calidad de un buen café.

En realidad ese es otro de los propósitos que la compañía se ha fijado para España donde, según Meneses, ?el 70 por ciento del café se consume con leche? y donde, a su juicio, ?hay mercado para el buen café?.

Un buen café que, según recuerda Meneses, también requiere de ciertos cuidados a la hora de servirlo como mantener y limpiar la cafetera -Supracafé apuesta por la cafetera italiana y por el café en grano-, eliminar los posos de dicha cafetera que hayan quedado del servicio antes de echar un café nuevo, purgar la cafetera o colocar la taza en la que se va a servir el café encima de la cafetera y boca arriba para que esa taza coja calor antes de recibir el café.

Pese a todos estas recomendaciones, Meneses insiste en que un buen café ?no necesita una máquina específica?, sino un ?barista que sepa servirlo?. Eso y algo de cultura cafetera entre los consumidores para que puedan ser exigentes a la hora de tomar un café.

Como primera lección, Meneses recuerda que el café de Supracafé es 100 por ciento arábica, cuya cosecha es posible gracias a tener lugar en suelos fértiles con buenas condiciones de pluviometría -típicas de un clima tropical donde las temperaturas todo el año rondan entre los 14 y los 20 grados centígrados-.

Además, matiza que la variedad arábica contiene un 1,2 por ciento de cafeína -menos que la variedad robusta, por lo que es mejor aliado para las personas que temen padecer de insomnio por la ingesta de café- y que su calidad también hace que su precio sea mayor que el de la variedad robusta -que según explica Meneses crece en condiciones extremas, ya sea en suelos secos o muy húmedos-. Mientras el primero tiene un precio de unos cuatro euros el kilo, el segundo cuesta unos tres euros los 1000 gramos.

Además de la calidad de su café, Beatriz Meneses también recuerda que el proyecto de esta compañía está ayudando a la población de la región colombiana implicada en dicho proyecto -cerca de 400 mujeres- donde se elabora su café. ¿Cómo? Dotándoles de infraestructuras que poco a poco van tecnificando todos los procesos de la producción cafetera para que dicha producción cuente con las mejores técnicas, desde el origen del café hasta su comercialización en los distintos canales de venta.

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