En el último año conceptos como sostenibilidad, cambio climático, mejoras sociales o buena gestión empresarial han copado gran parte del debate a nivel mundial sobre cómo enfrentarse a la crisis generada por la pandemia. Conceptos que no son nuevos, pero que han cobrado una gran relevancia ante la emergencia generada en diferentes ámbitos de la sociedad.
Muestra de ello es que la inversión ESG ha pasado de ser un nicho de mercado a un componente relevante en la toma de decisiones. De hecho, según datos de Morningstar, durante 2020 los fondos y ETF sostenibles disponibles para los inversores europeos atrajeron entradas netas por valor de 233.000 millones de euros. Esta cifra es casi el doble de la de 2019.
Pero empecemos por el principio, ¿qué es exactamente el ESG? Como explican desde Deutsche Bank, "la primera vez que se usa este término fue en el informe de la ONU de 2004 titulado Who Cares Wins, en el que se argumentaba cómo la inclusión de criterios de sostenibilidad en las decisiones de inversión podría tener también un impacto muy positivo sobre la sociedad, los mercados financieros, y la propia cartera de un cliente. A partir de ahí, la tendencia ha sido imparable".
Más que tres simples letras
ESG es el acrónimo de Environmental, Social y Governance por sus siglas en inglés. En España, a esta estrategia de inversión se la conoce también como ASG (Ambiental, Social, Gobierno Corporativo). En el aspecto Ambiental o Environmental se incluyen aquellas cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Así, se enmarcarían aquí inversiones en empresas que promueven las energías renovables, que reducen su huella de carbono o que impulsan la economía circular, por poner algunos ejemplos. La Comisión Europea calcula que se necesita una inversión de unos 270.000 millones de euros al año para financiar la transición energética.
En cuanto al criterio social, se busca que las inversiones redunden en una mejor calidad de vida de la sociedad. Es el caso de las mejoras en las condiciones laborales de los empleados, la inclusión de personas con discapacidad en las plantillas, la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres o corporaciones que luchan contra el trabajo infantil o la mano de obra barata.
En el caso del Gobierno Corporativo o Governance, se hace referencia a la gestión que hacen los altos cargos de la compañía. En este sentido, se ponen sobre la mesa conceptos como transparencia, eficiencia o responsabilidad. Un ejemplo de mal Gobierno Corporativo puede ser una empresa que anuncia que gana miles de millones cuando en realidad va camino de la quiebra o empresas donde hay corrupción entre sus altos miembros.
"Esperamos que 2021 sea el año en el que los aspectos ESG entren realmente en la corriente principal. Es probable que los cambios en MIFID II fomenten más flujos minoristas hacia los fondos sostenibles, ya que los asesores financieros están ahora legalmente obligados a preguntar a los clientes sobre sus preferencias en materia de sostenibilidad", apuntan desde Morningstar.
Invertir con criterios ESG
Como recuerdan desde Deutsche Bank, hay varias formas de considerar criterios ESG en la inversión. La definición depende de cada cultura, país o región, pero en general una inversión "ética" sería aquélla que protege la dignidad de las personas y se abstiene de invertir en prácticas perjudiciales para la sociedad.
Por tanto, una de las vías para incorporar criterios ESG en la inversión es lo que se conoce como el criterio de exclusión. Se trata de excluir a determinadas compañías o sectores industriales que puedan generar controversia como el armamentístico, el de juegos de azar o el tabacalero. Otra opción es aplicar filtros positivos: invertir en sectores o empresas que obtengan un mejor rendimiento ESG en comparación con sus homólogos. Es lo que se denomina best-in-class (el mejor de su clase).
"La clave es identificar áreas que se fijen en el crecimiento sostenible, no solo actuales, mucho más explotadas y conocidas, sino también futuras, que todavía no han sido muy consideradas como universo de inversión. Un ejemplo sería la economía azul, o lo que es lo mismo, aprovechar los recursos que nos ofrece los océanos, pero respetando la protección de los mismos", explican desde Deutsche Bank.
Rentabilidad atractiva e impacto positivo
El 89% de los inversores españoles está interesado en temas relacionados con la sostenibilidad (una cifra que aumenta hasta el 91% en el caso de las mujeres) y un 74% de ellos probablemente invertiría en fondos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, según un estudio de Allianz Global Investors.
Además de obtener rentabilidad, según el estudio de Allianz, algunas de las expectativas que tienen los españoles a la hora de optar por productos de inversión sostenibles son conseguir que las compañías mejoren sus políticas en estos aspectos (alrededor de un 30% de los encuestados) y que su dinero ayude a cambiar el mundo (un 25% de los participantes en el estudio).
Uno de los mejores vehículos para ganar exposición al universo ESG son los fondos de inversión, ya que permiten acceder a una cartera bien diversificada por tipos de activos, países y sectores, con buena fiscalidad (se benefician del diferimiento fiscal), seguridad, liquidez y gestión profesional. Un ejemplo de ello es el Allianz Green Future. Este vehículo invierte en otros fondos de inversión, gestionados todos por Allianz GI, y de tipología ESG.
Con dos tercios de la cartera invertida en renta fija con un sesgo sostenible, incluyendo fondos de inversión socialmente responsables y bonos verdes, y un tercio en renta variable, también con un enfoque sostenible, este producto aborda la gestión desde un triple foco: Premiar a los líderes en sostenibilidad, invirtiendo en las compañías que son ejemplo de buenas prácticas sostenibles; incentivar la transición acompañando a los que están haciendo los mejores esfuerzos y a los que tienen planes creíbles de transformación sostenible para acelerar las mejoras en sostenibilidad; y apoyar la revolución sostenible al invertir en las empresas que están innovando para impulsar el cambio, desarrollando soluciones a los problemas medioambientales y sociales de nuestro tiempo, en línea con los ODS de Naciones Unidas.
Este fondo se ha diseñado a medida para Deutsche Bank con el objetivo de ofrecer innovadoras oportunidades de inversión a los clientes, sobre todo en un área como el ESG con el que la entidad está muy comprometida. "El ESG no es una moda, sino un cambio estructural a la hora de invertir", señalan desde el banco.
Fuentes:
- Sostenibilidad y Gestión de Activos: Guía Práctica II. Allianz Global Investors (Marzo 2019)
- Fondos Sostenibles: Panorama Europeo 2020. Morningstar (Febrero 2021)