Cultura

¿Qué queda en el menú? Dueños de restaurantes rusos sufren por el veto



    Por Olga Petrova y Alissa de Carbonnel

    MOSCÚ (Reuters) - Las severas sanciones de Moscú sobre la importación de alimentos desde Europa y otros países occidentales han llevado a dueños de restaurantes y productores minoristas rusos a buscar suministros alternativos, en una situación que podría acercarse a las experiencias vividas durante el régimen soviético.

    Las restricciones, una respuesta a las sanciones aplicadas por Estados Unidos y la Unión Europea por la intervención de Rusia en la crisis de Ucrania, han perjudicado a granjeros y productores de Occidente que tenían a los rusos como unos de sus principales compradores.

    Pero también están afectando a los consumidores, al aislarlos del comercio mundial a un nivel no visto en más de dos décadas.

    Los cremosos quesos franceses, el filete australiano Ribeye y los risottos de marisco están saliendo de los menús de los restaurantes ya que el veto incluye todo tipo de pescado, carnes y productos lácteos.

    "Todos los precios van a subir y algunos productos desaparecerán", dijo Alexei Paperny, cuyo local en Moscú, llamado "Children of Paradise" en referencia a una película francesa, todavía estaba atestado un viernes por la noche.

    "Haremos lo posible por sobrevivir (...) no me puedo imaginar cómo podrían subsistir algunos restaurantes y cafeterías en estas circunstancias", aseguró.

    Paperny describió las restricciones de un año de duración a productos de Estados Unidos, la UE, Australia, Canadá y Noruega como "sanciones rusas contra los rusos", una frustración que compartieron muchos clientes de su cafetería.

    "Habría sido más justo si los responsables públicos renunciaran a su Mercedes y comenzaran a conducir Ladas", dijo un comensal llamado Yan.

    Beneficiados por los petrodólares que han impulsado la economía del país, los rusos han disfrutado de una extensa gama de alimentos importados desde el colapso de la Unión Soviética, y salen a comer con frecuencia pese a las generaciones que todavía recuerdan épocas en que los escaparates de las tiendas permanecían vacíos, al igual que las calles durante la noche.

    El sushi es particularmente popular en el país e incluso aparece en el menú de restaurantes italianos y franceses. Pero se trata de un lujo del que quizás deberán prescindir.

    Rosinter, una de las mayores cadenas de restaurantes de sushi de Rusia, dijo que más del 50 por ciento de los alimentos que sirven son importados. Se espera que las sanciones agudicen la desaceleración que ya está afectando al país, en momentos en que la inestabilidad política lleva a la economía a una recesión.

    "Es una situación muy difícil", dijo la portavoz de Rosinter, Elena Mazur. "Tenemos mucho trabajo que hacer en términos de actualizar el menú y sus precios".

    Un restaurante en Ekaterimburgo ha presentado un menú especial - aunque reducido - al que llama "menú sancionado", con alimentos producidos en Rusia, mientras expertos del sector hacen llamamientos a recuperar el fervor por los productos locales.

    "Estoy orgulloso de que dejemos de ser el niño que siempre es acosado. Ya era hora", dijo Andrei Dellos, dueño de un restaurante, a una cadena de televisión rusa. "No habrá ostras, pero lo superaremos. Viviremos sin ostras".