Cultura
La obsesión con los famosos llega a las pantallas de Cannes
Garrone alcanzó la fama por su última película, "Gomorra", sobre el crimen organizado en Nápoles. Pero con "Reality" cambia de registro, creando una historia de cuento de hadas moderna en la que el alma del protagonista se ve lenta e inexorablemente erosionada por la atracción de la fama.
La segunda cinta de ese tipo, que se proyecta el sábado fuera de competición, es "Antiviral", que supone el debut como realizador de Brandon Cronenberg, hijo del director canadiense David Cronenberg. Su argumento sigue a una empleada de laboratorio que vende inyecciones de virus incubados por famosos enfermos a los fans.
En "Reality", Lorenzo es un afable pescadero de Nápoles, padre y marido ejemplar, cuya familia le convence para que se presente al concurso de telerrealidad "Gran Hermano".
Garrone eligió como protagonista a Aniello Arena, al que descubrió trabajando en un grupo teatral carcelario. Arena, que aún cumple condena, pudo salir de prisión durante el día para rodar pero volvía a la cárcel por la noche. No obtuvo permiso para acompañar al resto del reparto a Cannes.
"¡Nunca renuncies a tus sueños!", dice a Lorenzo el personal de televisión que le hace una audición. Lorenzo cree que es cuestión de tiempo que reciba la llamada diciéndole que ha sido elegido, y su estatus en su pequeño círculo empieza a subir.
A medida que pasan los días y la llamada no se produce, crece su obsesión y empieza a pensar que el personal del programa le espía para determinar si sería un buen candidato para el programa.
"¿Qué es lo que están pensando sobre mí?", se pregunta en su mente, en la que ya sueña ser uno de los protagonistas del concurso. Vende su pescadería para tener dinero para arreglar su casa.
"Eso será bueno para las entrevistas", le explica a su mujer, interpretada por Loredana Simioli.
El suspense se mantiene durante buena parte de la película, preguntándose si se producirá la llamada que saque a Lorenzo de su auto impuesta tortura y normalice sus relaciones familiares, que se han deteriorado.
Garrone captura la belleza del decrépito Nápoles al mismo tiempo que añade un sentido de 'voyeurismo'.
El director dijo que no tenía intención de juzgar la obsesión de la sociedad con los famosos.
"Lo que intentamos fue retratar con gran amor un personaje al tiempo que denunciábamos un aspecto de la sociedad, pero el propósito no era para nada crítico", dijo Garrone en rueda de prensa.
"No quisimos dar ninguna respuesta", añadió.
Al igual que para Cronenberg, la obsesión con los famosos es parte de algo más grande en la sociedad.
"Creo que el mundo es fascinante, tanto por lo grotesco que puede ser como por en qué medida es realmente una versión de un impulso humano más amplio para divinizar y destripar", dijo el joven director a Screendaily.com.