
Canarias lleva desde hace ya más de cien años produciendo y exportando la fruta más demandada del mundo y la verdura más popular de Europa; pero no hay manera que sea rentable a no ser que cuente con el manguerazo de liquidez de la UE. Los plátanos de Canarias y el tomate de la islas morirían sin las ayudas oficiales a no ser que bajen la calidad como ocurre con el banano del 'área dólar'.
La mayor empresa del sector es Bonny, que ha entrado en negocios como el turismo de apartamentos y de tiempo compartido, eólica, aparcamientos e inmuebles industriales porque el negocio tiene beneficios aunque no los márgenes de hace algunas décadas. El año 2010 la patrimonial de la empresa familiar ingresó 20 millones de euros. La filial agraria ha pasado de ingresar 3 millones en 2017 a siete millones en 2018. Palm Oasis, se mantiene en cerca de cinco millones de euros. Sin contar turismo, Bonny tiene cerca 2.000 trabajadores con sus bases de operaciones en La Ciel (San Isidro, Gáldar), Arinaga y en La Aldea, entre otras. El sindicato Stica denunció el pasado mes de enero que tiene mujeres empleadas con edades entre 50 y 60 años a las que no abona de forma correcta sus honorarios.
Esta semana, Hans-Christoph Behr, de la agencia alemana de investigación de mercado Ami, España tiene un buen producto en el mercado pero Italia ofrece demasiadas especialidades que no están bien promocionadas desde un punto de vista comercial. El tomate de Canarias se demanda en Holanda, que produce unos productos grandes pero insípidos, a juicio de Behr. "El segmento del tomate cherry o cóctel está creciendo en todas partes, excepto en Bélgica, donde la producción de tomates redondos tiene una larga tradición. Por supuesto, los invernaderos son esenciales para estos cultivos", subraya el experto de la agencia alemana Ami en un encuentro con expertos y productores organizado por Enza Zaden, firma de producción de semillas.
El sector del tomate en Canarias está en una crisis profunda. De 352.000 toneladas en 2000 a no más de 63.000 toneladas en 2015. Solía haber 956 productores, 75 empresas y 25 000 directos y empleos indirectos en el sector, con 3.400 ha dedicadas al cultivo de tomate, pero ahora solo hay 320 productores, 15 empresas y 10.000 empleos, con 720 hectáreas de cultivo. El Gobierno de Canarias apoya las demandas del sector pero advierte: "tenemos que hacer una reflexión sobre la necesidad de una reconversión en un sector, el primario, estratégico para cualquier pueblo".
El vicepresidente del Gobierno canario y consejero de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos, Román Rodríguez, confía en la recomposición de las ayudas que venía recibiendo el sector hortofrutícola canario por sus exportaciones de tomate y pepino al Reino Unido, si bien apostó por una reconversión del mismo a medio y largo plazo. Rodríguez, que se reunió esta semana con la directiva de la Federación Provincial de Asociaciones de Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Las Palmas (Fedex), recuerda que Agricultura, organismo competente en la materia, tendrá el apoyo de su propio departamento para convencer al Gobierno de España de que presione a la UE de tal modo que el sector pueda seguir percibiendo ayudas, ahora que el Reino Unido es ya un país tercero.
El líder de Nueva Canarias señala que la cantidad demandada no es relevante en términos presupuestarios, pues asciende a unos 8 millones de euros anuales entre subvenciones al transporte y ayudas a la comercialización y la producción, pero que sí resulta imprescindible que la Unión Europea autorice esas líneas de apoyo. "Si tenemos ficha financiera, pero no tenemos la autorización de la Comisión, no podemos hacer nada", indica. Rodríguez subraya que las ayudas al transporte y a la comercialización fuera de Canarias "teóricamente decaen", mientras que las de producción "no está claro". Ahora se trata de recomponer esas ayudas en otro paquete de idéntica cuantía, para lo que es preciso la correspondiente autorización de la Comisión, al tratarse de transacciones comerciales con un país ajeno a la UE.