La nueva habilidad conectada con el éxito personal, el liderazgo y la productividad se llama ultraconciencia. Alguien sabio dijo una vez que el control voluntario de la conciencia determina la calidad de vida. La conciencia es el equivalente científico de lo que llamamos vida interior. Es donde se representan nuestras sensaciones, pensamientos y emociones. Contiene el presente, el recuerdo de lo que fuimos cuando lo evocamos, y también es donde se proyectan nuestros planes futuros. Es lo que somos, es todo nuestro mundo. La conclusión lógica de este planteamiento es que si somos capaces de gobernar nuestra conciencia, podemos cambiarlo todo: el mundo, y también nosotros mismos. Eso es la ultraconciencia, una habilidad que tiene una fuerte repercusión en el liderazgo y la productividad.
Hay tres concepciones sobre nuestra vida interior que hunden sus raíces en diferentes tradiciones que intentan explicar cómo funciona nuestra conciencia. Una tiene que ver con la meditación, y supone el intento de vaciar la mente, observar nuestros pensamientos o prestar atención focalizada a un estímulo. Otra establece que las emociones dependen de los pensamientos, y que por tanto el control de lo que pensamos es capital para una vida más plena y feliz. La última, la más moderna, intenta averiguar el impacto que sobre nosotros tiene lo que ocurre en los límites de la conciencia y bajo ella. Desafortunadamente, estas tres tradiciones sobre la manera en que nuestro yo más íntimo discurre por la vida, han permanecido largo tiempo apartadas entre sí. Bajo la perspectiva de la ultraconciencia, las tres líneas se unen en una sola para plantear un nuevo paradigma más global e interrelacionado y, sobre todo, más útil en la búsqueda del éxito personal y la productividad, y en el ejercicio del buen liderazgo.
Las personas ultraconscientes prestan atención a lo que ocurre en su interioridad y deciden sobre ello. Guían su mente para guiar su vida, y así incrementar su productividad y lograr lo que buscan en la vida. Los líderes ultraconscientes perciben las múltiples influencias que les llegan y toman conciencia de su misión y visión para gobernar sobre su vida interior y así elegir el rumbo que conducirá a su organización a buen puerto.