Banca y finanzas

La concesión de crédito acelera en España, mientras se enfría en el resto de la eurozona

  • Alemania, Francia e Italia ven una ralentización en el crecimiento de préstamos corporativos

Matteo Allievi
Madrid,

El ciclo de bajada de tipos puesto en marcha hace más de un año por el Banco Central Europeo (BCE) ha supuesto un balón de oxígeno tanto para las familias como para las empresas que, ante un coste de endeudamiento más bajo, han tenido una mayor predisposición a pedir financiación, contribuyendo a dinamizar la economía. El crecimiento de los préstamos se mantiene estable en el conjunto de la Unión Europea, pero poniendo bajo la lupa la actividad crediticia de los distintos países, las geografías cuentan historias diferentes. Entre las cuatro mayores economías de la zona euro, España es la única donde el crecimiento interanual en préstamos sigue acelerándose, sobre todo en el ámbito empresarial. En cambio, las curvas de Alemania, Francia e Italia empezaron a acusar un freno en su senda de expansión en mayo, según los datos recogidos por el BCE.

Las cifras publicadas por Fráncfort reflejan que el crecimiento de los préstamos alcanzó un 3% en España en el quinto mes del año, conservando su tendencia al alza, tras registrar un aumento del 2,5% en abril y del 2,3% en marzo. La aceleración se observó precisamente con el nuevo año, ya que en diciembre del 2024 el incremento apenas alcanzaba un 1%.

La expansión del crédito en los otros países de la UE no se ha hecho tan patente a lo largo de los últimos meses. En Francia, el termómetro del crecimiento interanual pasó de marcar un 1,5% el pasado diciembre a un 2% en abril; en Alemania, en el mismo período, del 0,7% al 1,1%, mientras que Italia logró convertir la caída del 0,9% registrada a finales de 2024 en una ligera subida (0,5%) cuatro meses después. Tras esos ascensos, más tímidos a los que vio España, las tres economías se anotaron una desaceleración en mayo. En Francia, el crecimiento bajó al 1,9%, en Alemania al 1% y en Italia al 0,2%.

Al considerar solo los préstamos a las empresas, la brecha entre España y el resto de economías europeas es aún más evidente. En el país ibérico, el avance en la concesión de estos créditos era de un 2,3% en abril y escaló al 3,1% un mes después. Los otros tres Estados vieron, en cambio, un enfriamiento. En Francia, el crecimiento del 3,4% en abril retrocedió al 3,2% en mayo; en Alemania pasó del 0,7% al 0,3% y en Italia el descenso del 0,5% llegó a duplicarse.

El diferente comportamiento de la actividad crediticia en España frente a sus homólogos europeos se debe a un cóctel de varios ingredientes. Después del batacazo del covid en 2020 y de un año de crecimiento dudoso en 2021, España ha ostentado tasas de crecimiento significativamente mejores que otros países de la UE. El año pasado, el Producto Interior Bruto (PIB) doméstico se elevó en un 3,2% frente al anterior, muy por encima al modesto aumento del 0,7% que registró la eurozona. Italia se quedó en ese mismo porcentaje, Francia hizo algo mejor (1,1%), mientras que Alemania experimentó una contracción del 0,2%, golpeada por la caída de la actividad industrial.

Momento favorable

Pese a la incertidumbre global tanto en el ámbito geopolítico como arancelario, el ciclo económico en España en este momento sigue siendo favorable: la Comisión Europea espera que el crecimiento este año alcance el 2,6%, el triple del conjunto de la zona euro, gracias sobre todo al tirón de los servicios, del turismo y de la construcción. "Este período expansivo pilla al país con los deberes hechos. Estamos en un momento en el que se han resuelto las grandes debilidades estructurales de España, como el alto nivel de endeudamiento de los hogares sobre el PIB, que ha bajado al 44% desde el 60% al principio de la pandemia", apunta Francisco Quintana, director de estrategias de inversión de ING.

Según Massimo Cermelli, economista y profesor en Deusto Business School, la economía española es mucho más sensible al ciclo de política monetaria, con las pymes y los hogares volviendo a invertir, al confiar en que la inflación se mantendrá más baja que en otros países. "Además, aquí hay un nuevo impulso en el mercado inmobiliario por parte de los jóvenes y de las familias, y los bancos domésticos, como CaixaBank, BBVA y Santander, son más activos en el crédito minorista y menos expuestos al ámbito industrial, por lo que cuentan con una ratio préstamos-depósitos bastante sana que les permite ampliar el crédito con un riesgo menor. Todo esto está ayudando a reactivar la demanda de préstamos", agrega.