Editorial
Suavizada la amenaza del secesionismo catalán, un factor político seguía sembrando incertidumbre en los mercados sobre España. Incluso los más escépticos con el verdadero alcance del fenómeno Podemos deben reconocer que la bolsa de nuestro país presentaba una clara anomalía. Mientras el resto de mercados europeos, incluidos otros periféricos como el italiano, vivían un auténtico rally alcista desde finales de 2014, al Ibex le costó nueve meses, hasta el viernes pasado, romper la resistencia de los 11.250 puntos.