Si por algo se caracteriza Ignacio de Colmenares es por la seriedad que aplica a todos los aspectos de su trabajo, también en las entrevistas. Sin embargo, en esta ocasión, hay una ligera distensión en su habitual formalidad. Quizá sea por el peso de encima que se ha quitado tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre Pontevedra (tras la cual esta es la primera entrevista que concede) o quizá, simplemente, porque era un día de lluvia que sirve para regar su oro verde, los eucaliptos y las 70.000 hectáreas de bosque que gestiona la compañía.