Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

Tesla deja un sabor agridulce en los mercados con sus resultados trimestrales. La firma ha logrado reducir costes y sigue con unos sólidos beneficios, pero un desplome del 22% en su margen de beneficio y unos resultados peores de lo esperado por los analistas han decepcionado a los inversores, que reaccionaron con frialdad a los resultados.

Hace 15 días desde que 8 republicanos radicales y todos los demócratas se aliaron para destituir al presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, en la primera moción de censura exitosa de la historia de EEUU. Desde entonces, las incesantes guerras internas del Partido Republicano han sumido a la política del país en una parálisis sin precedentes: una de las dos Cámaras legislativas lleva cerrada desde entonces ante la incapacidad del partido mayoritario para ponerse de acuerdo en votar a uno de los suyos como nuevo presidente. Y con una crisis histórica incendiando Oriente Medio y unos presupuestos que caducan en un mes, es cada vez más probable que esa parálisis acabe teniendo graves repercusiones mundiales.

Si hay un país al que nadie quiere superar en inflación, ese es Venezuela, que llegó a tocar un 344.500% de inflación en febrero de 2019. Este mes de septiembre sigue rondando el 319% de alza de precios interanual, lo que le sitúa a la cabeza de un triste ránking, seguido de Zimbabue (otro sospechoso habitual) y Sudán, sumido en una guerra civil desde abril. Pero en la cuarta posición, y subiendo a gran velocidad, se encuentra Argentina, que este mes de septiembre ha logrado el dudoso hito de superar la inflación mensual de Venezuela en un 50%: los caribeños han registrado un 8,7%, mientras que el país rioplatense ha llegado a un preocupante 12,8%.

Argentina es un país acostumbrado a la inflación alta, pero la hiperinflación sigue siendo palabras mayores. Las personas mayores de 40 años aún recuerdan la agonía del Austral, la moneda creada tras el final de la dictadura militar, con la hiperinflación de 1989 y 1990 que obligó a sacar billetes de 500.000 australes. El miedo que sobrevuela el país es que el peso vaya a seguir el mismo camino en las próximas semanas, azuzado por la promesa del candidato Javier Milei de acabar con esa moneda si llega al poder, y acabe desatando una crisis monetaria como no se veía desde el 'corralito' de 2001 antes de que acabe el año.

"El peso no vale ni un excremento". Javier Milei, el candidato libertario a la presidencia de Argentina (y favorito de las encuestas para pasar en primer lugar a la ronda final) ha querido dejar claro que no piensa mover un dedo para frenar el hundimiento de la moneda del país, e incluso intentará acelerarlo. Y sus declaraciones han provocado un pánico cambiario nada más empezar el martes: el dólar se ha disparado un 10% y el tipo de cambio ha superado la barrera psicológica de los mil pesos por dólar, unas cifras que no se veían desde la hiperinflación de los años 80 (y que se solucionó, al menos durante unos años, con una dolarización).

El llamado 'mes de los congresos', en el que los partidos británicos se reúnen para publicitar a sus líderes, hacer acopio de ideas y, en este caso, prepararse para las elecciones del próximo año, ha mostrado el problema gigantesco al que se enfrenta el primer ministro, Rishi Sunak, para mantenerse en el poder. Reino Unido vive en una situación tan contradictoria que es casi inexplicable: un Gobierno conservador liderado por un admirador de Margaret Thatcher que ha subido los impuestos a máximos desde la Segunda Guerra Mundial, al que los mercados le han prohibido bajarlos, y que parece incapaz de demostrar que el Estado sabe por lo menos aprovechar todos esos ingresos. Y el responsable último de esta paradoja es David Cameron, el ex primer ministro que inció los 13 años de gobiernos 'tories' y que dejó una bomba económica de relojería a sus sucesores.

Entre las medidas anunciadas por el primer ministro británico, Rishi Sunak, en su discurso en el congreso del Partido Conservador, una de las más destacadas ha sido la prohibición progresiva del tabaco. En los próximos meses, el Gobierno llevará a votación un plan para aumentar la edad mínima para comprar tabaco cada año desde 2027, de forma que los jóvenes que tengan 14 años o menos no puedan comprar esta droga nunca en sus vidas.

En 1987, España empezó a diseñar el proyecto de una línea de Alta Velocidad entre Madrid y Sevilla. Cinco años después, 1,2 millones de pasajeros ya viajaron a más de 300 km/h entre las dos ciudades. En 2009, Reino Unido puso en marcha planes para estudiar una línea de Alta Velocidad entre Londres y Mánchester, las dos principales ciudades de Inglaterra, que reemplazara la línea centenaria que une ambas y que está al borde de la saturación. Tras 14 años, el actual primer ministro, Rishi Sunak, ha anunciado este miércoles la muerte del proyecto tras haberse gastado 24.000 millones de libras (unos 28.000 millones de euros) en ella: lo que quedará, un tren entre una zona residencial de Londres y Birmingham, sería el equivalente a que la línea Madrid-Sevilla hubiera acabado reducida a ir entre Parla y Ciudad Real.

El sábado, el presidente del Congreso de EEUU, el republicano Kevin McCarthy, optó por dar un portazo a las exigencias de los radicales de su partido y negociar con los demócratas una prórroga presupuestaria de 45 días con una sola condición: quitar los fondos asignados para ayudar a Ucrania a defenderse de la invasión rusa. Aquel acuerdo salió adelante en los últimos segundos del descuento. Y los 20 rebeldes republicanos se lo quieren cobrar con intereses: uno de ellos ha presentado una moción de censura contra McCarthy, que ha salido adelante por la mínima (216 a 210). Una moción que puede desatar el caos de nuevo en EEUU, dejando descabezada a una de las dos patas del legislativo y al Partido Republicano sumido en una nueva guerra interna.

El sector cripto ha llegado a un valle. A pesar del potente repunte del 57% en lo que va de año en su buque insignia, Bitcoin, lejos queda la edad dorada de 2021 cuando uno de estos tokens se cambiaba por 64.400 dólares (ahora está a 26.223 dólares). El sector se ha encontrado con un entorno de tipos altos y un fuerte escrutinio de las autoridades. Problemas para algunos de sus pilares y proyectos de regulación en EEUU y Europa. Todos estos factores han abierto la puerta a una nueva era en el sector. En particular, una nueva era para el fraude y los problemas legales que siempre han sonado como la gran contraparte del fenómeno cripto.