Alcanzar la prosperidad económica es, probablemente, el sueño de buena parte o todas las sociedades del mundo. Cómo lograrlo es la parte compleja y la gran pregunta que cientos de economistas han tratado de resolver en informes, libros... Aunque hay muchos factores necesarios para alcanzarla (unas instituciones sólidas, por ejemplo), no existe un factor único ni una receta mágica. Buena prueba de ello son los dos países más ricos de Europa, que han logrado llegar a cima de la economía europea por caminos muy diferentes. Uno ha construido el mayor fondo soberano del mundo gracias al petróleo, mientras que el otro ha comenzado el suyo hace alrededor de un año, pero sin producir ni una gota de crudo y sin tener recursos naturales notables. Irlanda quiere seguir los pasos (tras haber reducido su deuda de forma impresionante) de Noruega y convertir los ingresos por el impuesto en sociedades en su particular petróleo.