Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Alcanzar la prosperidad económica es, probablemente, el sueño de buena parte o todas las sociedades del mundo. Cómo lograrlo es la parte compleja y la gran pregunta que cientos de economistas han tratado de resolver en informes, libros... Aunque hay muchos factores necesarios para alcanzarla (unas instituciones sólidas, por ejemplo), no existe un factor único ni una receta mágica. Buena prueba de ello son los dos países más ricos de Europa, que han logrado llegar a cima de la economía europea por caminos muy diferentes. Uno ha construido el mayor fondo soberano del mundo gracias al petróleo, mientras que el otro ha comenzado el suyo hace alrededor de un año, pero sin producir ni una gota de crudo y sin tener recursos naturales notables. Irlanda quiere seguir los pasos (tras haber reducido su deuda de forma impresionante) de Noruega y convertir los ingresos por el impuesto en sociedades en su particular petróleo.

Donald Trump ha querido iniciar la nueva era de los aranceles 'cerca de casa'. El magnate neoyorquino ha anunciado esta semana un gravamen del 10% adicional al objetivo clásico de su 'guerra comercial', China, pero también de un 25% a sus dos vecinos, México y Canadá. Según el presidente electo el 20 de enero, cuando entre oficialmente en la Casa Blanca, esta medida formará parte de la primera batería con la que debute en el cargo. El motivo fundamental sería castigar con ello la inmigración ilegal y el tráfico de drogas y, tal y como el mismo reconoció, se aplicaría a cualquier producto que cruce la frontera. Sin embargo, los expertos han advertido de que esta primera medida podría ser una de las que tenga efectos más devastadores tanto en EEUU como en México como en Canadá. El motivo que generaría un incendio en el petróleo que dispararía la inflación.

La crisis de deuda soberana (2010-2013) estuvo a punto de romper el euro. Los intereses de la deuda se dispararon en las economías más débiles, por lo que varios países (supuestamente los más frágiles en términos económicos) tuvieron que ser rescatados para evitar su default e impago. Grecia, Portugal, Irlanda y Chipre pidieron (o fueron forzados) un rescate. Por el contrario, Italia y España estuvieron en el punto de mira, pero finalmente evitaron el estigmatizante rescate (España de forma parcial) con la ayuda del Banco Central Europa (BCE) y el mítico whatever it takes de su expresidente Mario Draghi. Sin embargo, si se compara el estado de las finanzas públicas en la actualidad entre los países rescatados y los no rescatados, parece imposible no preguntarse si no habría sido mejor caer en las 'garras' del FMI, la Comisión Europea y el BCE (la 'troika'). Al ya conocido milagro portugués o irlandés, hay otro incluso más sorprendente, pero menos conocido, probablemente, por el pequeño tamaño de su economía. Sin embargo, este país ha logrado reducir su deuda casi a la mitad en unos pocos años, y la previsión es que este 2025 lleve su endeudamiento al 60% del PIB, lo que le ha llevado a ganarse la calificación 'A' de su deuda, superando las calificaciones de España o Italia.

Detrás de las vistosas imágenes de gigantescas plataformas metálicas sobre el mar con las que se ilustran los artículos de prensa acerca del petróleo y el gas hay un ingente trabajo de infraestructura que no todas las empresas pueden llevar a cabo. Una de ellas es Borr Drilling, fundada en Noruega en 2016 y cotizada de Wall Street. El potencial de entre el 300% y el 400% de revalorización en su acción que recientemente ha arrojado sobre la compañía el hedge fund británico Granular Capital, su mayor accionista, da una idea de la oportunidad que supone este gran 'desconocido' negocio de las plataformas perforadoras en un mundo que sigue necesitando desesperadamente energía. Las operaciones petroleras en el mar están viviendo un auténtico boom y no hay suficientes plataformas para tanta demanda (demanda para renovar y para nuevas operaciones). Este cuello de botella puede ser una suerte de bendición para esta compañía.

El petróleo ruso sigue surcando los mares por más que Occidente haya redoblado el celo con sus sanciones. Como en el juego del 'gato y el ratón', cada golpe de Occidente al comercio ruso de crudo y derivados es sucedido por una astuta maniobra de Rusia, aprovechando Moscú cualquier laguna, fallo o complicidad desde sus rivales geopolíticos.

La economía de España lleva creciendo muy por encima de la media de la eurozona desde que comenzó la recuperación económica posterior a la pandemia. Al principio, el año 2021 y 2022, este rebote era lógico y tenía gran recorrido, puesto que la economía de España había sufrido una contracción mayor en 2020 y los recursos ociosos (empleo y capital) abundaban. Sin embargo, el fuerte crecimiento se ha mantenido, los recursos (que en el caso de España son limitados) se han puesto a producir y el margen para seguir creciendo a este ritmo sin generar desequilibrios podría estar agotándose. Al menos, este es el mensaje de alarma de los expertos de Capital Economics, que en un informe publicado hace unos días aseguran que la economía de España se está sobrecalentando y la inflación va a situarse de forma estructural por encima del 2%.

Escasez de oferta, falta de vivienda, desajuste inmobiliario... se puede llamar de muchas formas, pero todo el mundo sabe cuál es el problema que aflige a la sociedad (sobre todo a los jóvenes) en varias economías desarrolladas. La demanda supera a la oferta en las zonas tensionadas y los precios de los inmuebles y los alquileres no paran de subir. Aunque esta explicación parece una evidencia económica que no se puede refutar, las administraciones y gobiernos de diferentes países, incluido España, insisten en adoptar políticas de demanda (ayudas, incentivos...) o de intervención de precios para solucionar el problema. No obstante, hay un país que está optando por una política más costosa en tiempo y términos económicos, pero que debería ser la solución: construir viviendas lo más rápido posible en zonas tensionadas para que la oferta alcance un nuevo punto de equilibrio con la demanda que permita mejorar la accesibilidad.

La distancia entre la India y Guyana es de más de 14.600 kilómetros. Uno se encuentra en Asia y el otro en Sudamérica. El primer es el país más poblado del mundo con más de 1.400 millones de habitantes. El segundo, por el contrario, es uno de los países con menos habitantes del mundo (unos 800.000) Sin embargo, ambos países tienen mucho más que ver de lo que parece a simple vista. Precisamente es este nexo el que lleva cierto tiempo intentando aprovechar la India para lograr un contrato de largo plazo que le dé cierta preferencia para acaparar el tesoro más preciado de la pequeña Guyana: el petróleo.

La distancia entre la India y Guyana es de más de 14.600 kilómetros. Uno se encuentra en Asia y el otro en Sudamérica. El primer es el país más poblado del mundo con más de 1.400 millones de habitantes. El segundo, por el contrario, es uno de los países con menos habitantes del mundo (unos 800.000) Sin embargo, ambos países tienen mucho más que ver de lo que parece a simple vista. Precisamente es este nexo el que lleva cierto tiempo intentando aprovechar la India para lograr un contrato de largo plazo que le dé cierta preferencia para acaparar el tesoro más preciado de la pequeña Guyana: el petróleo.