Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

África es la gran 'olvidada' del mundo... excepto para China. El gigante asiático se está esforzando en cambiar su enfoque y estrategia hacia el continente y eso tiene mucho que ver con la ambición de Pekín de dominar las cadenas de suministro mundiales en un planeta volcado en la transición ecológica. Las inversiones chinas de los últimos años a nivel productivo y tecnológico han estado enfocadas a espolear a sectores como el coche eléctrico o las placas solares. La intención primordial ha sido impulsar el consumo interno y depender menor de las importaciones de alto valor añadido desde países como Alemania. Sin embargo, también había otro objetivo de fondo menos 'estético': inundar Occidente -realmente Europa- de bienes y componentes para un mundo sin emisiones, aumentando así su dependencia de China. Este propósito de las autoridades chinas de envolver a regiones como el Viejo Continente en su 'telaraña verde' pasa, en parte también, por transformar África: de vasto yacimiento mineral sin explotar a 'gran fábrica'.

¿Cómo reducir la precariedad laboral en España? La pregunta admite múltiples respuestas, que han dado lugar a otros tantos giros de timón en la política del mercado de trabajo sin que ninguno haya logrado cerrar la grieta de la dualidad entre empleos indefinidos y temporales. Un reciente estudio publicado por el Banco de España plantea que estas recetas deben tener en cuenta la heterogeneidad de las empresas españolas que explica la excesiva dependencia de la economía española de los puestos de corta duración frente a otros países. Hasta el punto de que, advierte, una reforma que se limite a reducir la temporalidad puede ser contraproducente, lastrando el PIB y el bienestar, al aumentar los "flujos hacia el desempleo", en gran parte por la destrucción de empresas que no pueden asumir esta transición.

El crecimiento económico y la prosperidad son dos objetivos que ansían todos los países del mundo hasta la fecha. Los factores que impulsan estos dos objetivos son de sobra conocidos, pero cuál de ellos tiene más relevancia es algo más cuestionable. Un denso informe publicado por Deutsche Bank este mes, en el que se compara cuál ha sido el crecimiento de las diferentes economías en los últimos 25 años, tiene algunas respuestas: ¡Es la demografía, estúpido! Todo hace indicar que el crecimiento demográfico se ha convertido en fuente de crecimiento económico, innovación y, aunque no guarde tanta relación, también de prosperidad. Además, es la demografía la que marcará cuáles serán las grandes potencias económicas a nivel global del futuro.

El Banco Central Europeo (BCE) y las 'palomas' del Consejo de Gobierno tenían todo para argumentar de una forma sencilla y contundente la futura batería de bajadas de tipos en la zona euro. La inflación llevaba meses moderándose, el precio del petróleo ha caído con intensidad en el último año y los salarios habían comenzado a moderarse. Los 'halcones' (defienden una política monetaria más restrictiva) se habían quedado sin garras para intentar defender su postura ante las 'palomas' (defienden una política monetaria más expansiva). Sin embargo, cuando esta batalla parecía acabada, un impresionante dato de salarios negociados publicado este miércoles (no es la primera vez que los salarios sorprenden) desafía de nuevo al banco central y amenaza con cercenar el horizonte de agresivas bajadas que se viene proyectando para 2025. Hasta la fecha, el BCE ha rebajado los tipos en tres ocasiones este año, llevando la tasa de depósito desde el 4% hasta el 3,25%. El abrasivo dato publicado por el BCE este miércoles no compromete de momento un nuevo recorte en diciembre.

Latinoamérica es esa eterna promesa que no termina de explotar. Una región con grandes recursos naturales, sin conflictos bélicos a la vista y con un gran potencial, pero que no termina de encontrar el camino hacia la prosperidad. Sin embargo, siempre hay excepciones. Dentro de esta región hay un país que cuya renta per cápita ha alcanzado niveles dignos de una economía desarrollada. Además, su crecimiento económico sigue siendo relativamente elevado en términos de PIB per cápita, con una tasa de variación que supera el 4%. Lo que es más sorprendente, este país no tiene petróleo, aunque tiene algo que se le asemeja y que es realmente lo que le ha convertido en la nación más próspera de Latinoamérica: un canal que ha revolucionado el comercio internacional.

El fenómeno inflacionario tiene muchas aristas y siempre se corre el riesgo de fijarse más en unas que en otras. Dentro de la maquinaria de un banco central, son múltiples los análisis que se hacen para determinar los factores que sacuden en una dirección o en otra los precios. Pero, como dice el famoso principio de la navaja de Ockham, la explicación más simple suele ser la más probable. Aunque desde el Banco Central Europeo (BCE) se ha apuntado en diferentes direcciones a la hora de justificar la política monetaria en ese momento, haciendo un recorrido histórico por el cuarto de siglo de historia del banco central se puede apreciar un vector común en todos los ciclos: el petróleo.

El cuarto yacimiento de petróleo de esquisto (shale oil) más grande del mundo y el segundo shale gas está viviendo una auténtica revolución. Sin embargo, esta gran reserva de petróleo se enfrenta a un problema relativamente habitual en el mercado de crudo: este petróleo se encuentra lejos de los grandes puntos de consumo. En un mundo perfecto y eficiente, lo ideal sería que los grandes yacimientos de petróleo estuvieran cerca de los grandes puntos de consumo, es decir, de las grandes ciudades. Este gran yacimiento se enfrenta a este problema, está perdido en medio de un desierto y muy pocos contaban con un despertar como el que está viviendo. En el mundo del petróleo no solo vale con tener mucho petróleo. Primero hay que tener tecnología para extraerlo y ello suele requerir de una potente inversión, ya sea pública o privada. Segundo, hay que tener una situación geográfica decente para poder exportarlo sin incurrir en grandísimos costes. Tercero... si no se tiene lo segundo, hay que hacer grandes inversiones en oleoductos para llevar el petróleo desde su punto de extracción hasta donde se puede exportar a gran escala, normalmente los puertos. Estos son algunos de los retos a los que se enfrenta Vaca Muerta y que de ser superados pueden llevar la producción de crudo a cotas insospechadas.

Donde buena parte de las petroleras del mundo han fracasado; el continente donde pocos negocios prosperan; la tierra en la que casi nadie quiere invertir y los que lo hacen no tardan en arrepentirse… ahí es donde el gigante Chevron está haciendo su gran apuesta. El gigante petrolero de EEUU ha revelado recientemente que está ampliando su área de exploración en países africanos productores de petróleo, entre los que destacan Nigeria, Angola, Guinea Ecuatorial o Namibia. Donde otros ven riesgos y problemas, Chevron ve una oportunidad.

Va a sobrar petróleo en grandes cantidades, salvo que el mundo sufra algún tipo de cisne negro que ponga todo patas arriba. Esto es lo que se desprende del informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) del mes de noviembre, en el que se destaca por enésima vez que la debilidad de la demanda (consumo de crudo) y la fortaleza de la oferta (producción) están generando un desequilibrio que ya se refleja en los precios, pero que podría tener un impacto aún mayor. El superávit va a ser histórico (sin tener en cuenta el covid), puesto que en los próximos cuatro trimestres sobrarán de media alrededor de un millón de barriles por día.

Una de las gestiones más cuestionables en la historia del petróleo se ha podido presenciar en un país que tiene importantísimos lazos históricos y culturales con España: Venezuela. El país caribeño tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, sin embargo, su producción de crudo lleva años sin alcanzar el millón de barriles. A la dudosa gestión del crudo se le suman las sanciones impuestas por EEUU al régimen venezolano. Aunque es cierto que estas sanciones se levantaron parcialmente con la invasión de Rusia a Ucrania, pocos se atrevieron a vaticinar un despertar de esta industria que llevaba en caída libre desde finales de los 90 (los años dorados de Venezuela). Sin embargo, un puñado de 'actores' que incluyen a España están ayudando a impulsar la producción del país, de tal manera que, más pronto que tarde, la producción de crudo podría volver a alcanzar el millón de barriles por día, una cifra que no se ve desde principios de 2019.