África es la gran 'olvidada' del mundo... excepto para China. El gigante asiático se está esforzando en cambiar su enfoque y estrategia hacia el continente y eso tiene mucho que ver con la ambición de Pekín de dominar las cadenas de suministro mundiales en un planeta volcado en la transición ecológica. Las inversiones chinas de los últimos años a nivel productivo y tecnológico han estado enfocadas a espolear a sectores como el coche eléctrico o las placas solares. La intención primordial ha sido impulsar el consumo interno y depender menor de las importaciones de alto valor añadido desde países como Alemania. Sin embargo, también había otro objetivo de fondo menos 'estético': inundar Occidente -realmente Europa- de bienes y componentes para un mundo sin emisiones, aumentando así su dependencia de China. Este propósito de las autoridades chinas de envolver a regiones como el Viejo Continente en su 'telaraña verde' pasa, en parte también, por transformar África: de vasto yacimiento mineral sin explotar a 'gran fábrica'.