Tras dos años de abrasadora inflación, el crecimiento de los precios ha comenzado a moderarse, siendo España uno de los países que está 'disfrutando' de una desinflación más rápida. La alegría suele durar poco en la casa del pobre, como dice el refrán. Ahora, España se enfrenta a una sequía, combinada con una temprana ola de calor, que puede volver a avivar la inflación. El propio Banco Central Europeo (BCE) ha señalado a España como el país más vulnerable al clima en lo referido a su impacto en la inflación, algo en lo que coinciden otros expertos que han realizado análisis de más largo plazo. El calor y la falta de agua presionará al alza los precios en la agricultura, la ganadería y el sector servicios por ese orden. Además, se retroalimentan unos a otros.