CONSUMO
El ingeniero industrial Julio Estalella trabajó entre 1992 y 2019 en Abengoa, empresa donde también había desarrollado su carrera profesional su padre. En 2019 fue incluido en un ERE de la multinacional en crisis. Tocaba empezar de cero. Y una idea le rondaba desde tiempo atrás: había visto en la tele un programa sobre cómo se elaboran salsas picantes. "Pensé que añadiendo nuestro magnífico vinagre de Jerez saldrían aún mejor", explica. El año pasado, el primero completo en producción, Salsas Quietud ya facturó 120.000 euros y la previsión es doblar esa cifra este año, con salsas con personalidad andaluza.