¿Hacienda 'boicotea' la reforma laboral?

Yolanda Díaz está a punto de convertirse en la primera ministra de Trabajo de la historia a la que sus propios inspectores le montan una huelga. Los funcionarios del cuerpo llevan tiempo denunciando la sobrecarga de tareas que sufren, a la que ahora se suma la obligación de emplearse a fondo para velar por la aplicación de la reforma laboral. De hecho, la fecha elegida para la movilización, el 30 de marzo, coincide con el tercer mes de vida de la norma. Fuentes del departamento de Díaz mantienen que el refuerzo de efectivos está presupuestado y se hará, pero es el Ministerio de Hacienda el que paraliza su puesta en práctica. Se han producido varias reuniones entre altos cargos de ambos ministerios para resolver el asunto sin que se produzca un choque público entre Yolanda Díaz y María Jesús Montero. Pero la situación es cada vez más tensa, sobre todo porque algunos inspectores empiezan a hablar sin tapujos de que Hacienda quiere boicotear la reforma laboral "como hizo con el teletrabajo en las administraciones públicas".

Belarra se rebela contra el 'ninguneo' de Sánchez

La ausencia de ministros de Unidas Podemos en la Conferencia de Presidentes del pasado fin de semana ha sido la (enésima) gota que colma el vaso para Ione Belarra. Cuentan que la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos va diciendo que el ninguneo del presidente del Gobierno no sería posible sin la complicidad de Yolanda Díaz, que de jueves a domingo se 'borró' del mapa con una agenda propia en Chile, consagrada al nuevo presidente Gabriel Boric. "Es la ministra de Trabajo y la número tres del Ejecutivo, no puede desaparecer cuatro días mientas el PSOE y el PP negocian un escudo social sin nosotros", coinciden fuentes podemitas. En este sentido, escuece que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desprecie las propuestas fiscales de Podemos contra la crisis. Sin salir del ámbito morado, aunque no tan cercano a Belarra, hay quien destaca que estos días se cumple un año desde que Pablo Iglesias abandonó el Gobierno para medirse contra Isabel Díaz Ayuso en las elecciones a la Comunidad de Madrid. "Los medios empiezan a hablar del aniversario de un fracaso, y lo que está ocurriendo no hace más que reforzar esa idea", advierten. Así, detectan un escepticismo al alza respecto a que el proyecto de Díaz pueda evitar otra debacle electoral que finiquite del todo al partido.

La ANC defiende la autarquía eléctrica

La ANC busca desesperadamente un carro al que subirse para frenar su sangría de apoyos. Tras ver cómo su intento de crear su propio sindicato independentista encallara por la absoluta indiferencia de los trabajadores, cree haberlo encontrado en la factura de la luz. Pero los de Elisenda Paluzie no están pidiendo bajar los impuestos ni buscar alternativas para reducir la dependencia del gas. Lo suyo es populismo puro y duro. La solución que defienden es la desconexión de las eléctricas españolas para garantizar la "independencia energética" de Cataluña. Para ello plantean boicotearlas mediante el autoconsumo de familias y empresas catalanas. El cómo no lo concretan, aunque aquellos a los que les ha llegado la idea se llevan las manos a la cabeza. "Parece que quieren volver a la autarquía franquista", censura un empresario, que recuerda que muchas factorías cierran actividad por unos problemas energéticos que la guerra de Ucrania ha consagrado como crisis. No es el único al que la broma soberanista no le ha hecho gracia.

El 'revisionismo' de Colau veta a Copito de Nieve

En Barcelona siguen ojipláticos tras conocer la decisión de Ada Colau de vetar que se levante una estatua al célebre Copito de Nieve. Y tampoco se plantea poner su nombre a una calle. ¿La razón? Que el gorila albino le recuerda al pasado colonial de España en Guinea Ecuatorial. La propuesta era fruto de la iniciativa ciudadana, que lleva años reclamando un homenaje al primate. Pese al compromiso de PSOE e IU, este nunca se ha materializado. Y mientras, Colau ha tenido vía libre durante su mandato para renombrar multitud de calles por criterios puramente ideológicos. El que desde su célebre portada en National Geographic en 1967 hasta su muerte en 2003 fue considerado un símbolo internacional de Barcelona, se convierte así en la última víctima del revisionismo de la alcaldesa. Y dispara los temores a que Colau se atreva a cerrar la que fue su casa durante 39 años, el Zoo de Barcelona. Una institución que, recuerdan algunos, la alcaldesa solo ha pisado en una ocasión desde 2015.

Irene Montero 'vende humo' con la Igualdad

La ministra de Igualdad, Irene Montero, sabía que el 8 de marzo la situaba en la diana como la culpable de la fractura de la movilización feminista. Su intento, nada disimulado, de imponer sus tesis al resto de colectivos, le costó no pocas pancartas pidiendo su dimisión durante las manifestaciones. Así que aprovechó el Consejo de Ministros para lanzar una bomba de humo que neutralizara las críticas. De ahí salieron los 20.000 millones de euros para el Plan de Igualdad. Una cifra que muchas expertas feministas ven imposible de desglosar en medidas ni presupuestos nuevos porque solo reordena programas que ya existen. Como los complementos por maternidad (que paga Inclusión y Seguridad Social) o las prestaciones de paro y las políticas activas de empleo (que presupuesta Yolanda Díaz). Ello explica que multiplique casi por tres la dotación del anterior Plan de Igualdad. "Inflándolo, claro. Pero a las feministas no nos ha engañado", avisa una veterana de la lucha por la igualdad de la mujer que conoce de sobra estos trucos.

La 'encerrona' de Alberto Garzón en Ucrania

En apenas dos días, Unidas Podemos se ha visto obligado a modular su posición sobre Ucrania para no arriesgarse a una ruptura con el Gobierno, ni con su propia líder, Yolanda Díaz. Pese a las soflamas de un Pablo Iglesias que está más interesado en promocionar su podcast que en pacificar la aguas, la formación morada ha acabado rindiéndose a la realidad. Ahora busca una salida para no ser acusada de defender tesis "pro Putin", pero sin desdecir a Ione Belarra. Dicha solución pasa por presentar su posición como 'moderada', frente a otros aún más radicales. ¿Y quiénes serían esos radicales? Izquierda Unida. Pero aunque los comunistas, y más sus juventudes, son especialmente beligerantes con la OTAN, en su posición sobre Ucrania han marcado distancias con Vladimir Putin. Su secretario general, Alberto Garzón está alineado plenamente con Díaz, e incluso advirtió del error que cometía Belarra, algo que a ella no le sentó nada bien. Así que Podemos ha activado su maquinaria para reescribir los hechos en contra del también titular de Consumo. A su favor está que hablamos del ministro más cuestionado del Gobierno y que su presencia es incómoda también para el proyecto de Díaz. Pero pesan más los elementos de vendetta personal. "Ione se ha cansado de sus ansias de protagonismo y de sus lealtades cruzadas", avisan en Unidas Podemos.

La nueva normalidad de los datos de la pandemia

La decisión de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, de dejar de publicar la actualización diaria de los datos de seguimiento de impacto del Covid-19 no ha sido una sorpresa. Junto a la relajación de medidas como el uso de mascarillas, señala que empezamos a acercarnos a la antigua, ahora sí, nueva normalidad. Y esto, después de dos años, da algo de vértigo. No han faltado críticas internas al cambio de sistema de información, aunque las comunidades admiten que ya no resulta necesario bombardear los medios todos los días con unos datos que, en cualquier caso, van a seguir analizándose por las autoridades sanitarias. De hecho, la noticia ha pasado desapercibida entre los ciudadanos. Lo que sí se reprocha al Gobierno son los vaivenes en la forma de comunicar durante estos dos años. Los cambios en el método de recuento no fueron bien explicados por el departamento que entonces dirigía Salvador Illa. Y mucho menos ayudó a esta pedagogía el rol cada vez más protagonista que fue adoptando Fernando Simón. "Si no hay polémica ahora por no publicarlos a diario es porque se corrigieron muchos errores", admiten en las comunidades.

El varapalo del CGPJ que ya se espera Moncloa Se suele decir que a la tercera va la vencida, pero todo apunta a que esto no se aplica para el Consejo General del Poder Judicial. En ámbitos jurídicos se da por hecho que tras el rechazo del órgano que preside Carlos Lesmes a la Ley de Vivienda y la de Digitalización de la Justicia, le llega el turno a la Ley Trans. Una norma que se vende como una de las más relevantes de la legislatura, pero que no lo es tanto ni para el Gobierno. Ni siquiera para Unidas Podemos. De hecho, los únicos que la defienden en las filas moradas son los que aspiran a catapultar a la Ministra de Igualdad, Irene Montero, como voz de referencia de cara al futuro de la formación. No lo tienen fácil, y no solo por motivos políticos. En el caso de la Ley Trans influye, según fuentes políticas, que el punto de vista de Yolanda Díaz, como feminista clásica, está bastante alejado del de Montero. "Sí a defender derechos, pero Montero abre debates fuera de lugar", afirman desde su entorno. En este sentido, el dictamen del CGPJ sería la excusa para reescribir la Ley, o incluso mandarla al cajón.

Díaz sigue 'pescando' en el Ministerio de Trabajo

Yolanda Díaz sigue construyendo el núcleo duro de su proyecto político desde los despachos del Ministerio de Trabajo. Sabe que es una estrategia que nadie le va a criticar porque sus compañeros morados hacen lo mismo, con resultados mucho peores. Pero aun así choca bastante entre los funcionarios más veteranos de la casa, que no veían algo similar desde los tiempos del Manuel Chaves. Pero Díaz no se limita a enchufar amigos y correligionarios. Tener su propio equipo de afines le permite mantener la independencia de la coalición morada. Solo así se explica que esté maniobrando para reivindicar la figura de Amparo Ballester, su primera directora de gabinete. Catedrática de Derecho del Trabajo y especialista en economía feminista, trabajó codo con codo con Díaz en su aterrizaje en Trabajo y fue su principal apoyo en los peores momentos de la pandemia. Pero fue apartada a un cargo secundario por la llegada de Josep Vendrell cuando Pablo Iglesias designó a la gallega como su sucesora, en abril del pasado año. Su rescate ha sorprendido tanto al propio Vendrell como a la cúpula de Unidas Podemos. "Se guarda muchas cartas en la manga", traducen en las filas moradas.