La gestión discrecional de carteras se ha convertido en una de las palancas que utilizan las gestoras para impulsar sus ingresos tras la llegada de Mifid II, la normativa europea que solo permite el cobro de incentivos (las conocidas como retrocesiones) cuando estén diseñados para elevar la calidad del servicio a los clientes. Según los datos publicados ayer por Inverco, su patrimonio estimado alcanza ya los 78.000 millones de euros en junio (cifra a la que llega después de que 27 gestoras hayan facilitado el dato de sus grupos financieros). Esta cantidad supone un incremento del 7% respecto al mismo periodo del año anterior y representa ya un tercio de todo el dinero invertido en fondos (unos 264.200 millones de euros, a cierre de septiembre).