Según un reciente estudio presentado por Esma, la autoridad europea de supervisión de los mercados, los inversores minoristas pagan hasta un 40% más que los institucionales por el mismo fondo de inversión, lo que significa perder ese mismo porcentaje de rentabilidad final. Cuando el partícipe comprueba el valor liquidativo de su fondo, este dato ya tiene descontados los gastos del fondo en su clase correspondiente.
La deuda subordinada ha sido uno de los activos que mejor comportamiento ha tenido en los últimos años, gracias al alto volumen emitido por las entidades financieras y las compañías aseguradoras, con cupones que podían ofrecer hasta 4 veces más que la deuda senior, como las titulizaciones hipotecarias, y de hasta 7 veces la deuda pública europea, en determinados plazos, muy superior a la que podían ofrecer incluso las emisiones de 'high yield'.
Los fondos de inversión han conseguido detener el ritmo de reembolsos netos que experimentaron el mes pasado, cuando sufrieron la salida de 5.500 millones de euros, el mayor volumen mensual desde la quiebra de Lehman Brothers, en octubre de 2008, mes en el que perdieron 8.100 millones.
Inditex era una de las compañías que numerosos gestores tenían como una espinita clavada en sus carteras. Los precios a los que cotizaba habitualmente la firma fundada por Amancio Ortega hizo desistir a muchos inversores profesionales de comprar acciones por el poco margen de revalorización que podía ofrecer. E incluso no hace mucho se empezó a poner en duda si su modelo podría resistir podría competir en un mercado de consumo cada vez más digital. Pero las brutales caídas bursátiles que ha provocado el Coronavirus ha abierto una ventana de oportunidad, que Bestinver ha aprovechado.
Detrás de la aparente calma chicha de los mercados se mantiene el temor de los inversores profesionales por el coronavirus. No se trata del impacto en las cuentas de resultados de las compañías ni del desplome del crecimiento mundial, algo que se empezará a calibrar más detenidamente en la presentación de resultados que acaba de comenzar. Es el miedo a una segunda oleada del COVID-19 que profundice la recesión y dificulte la reactivación de la economía.
La gestión alternativa se ha convertido en uno de los segmentos que más están impulsando las firmas de banca privada y las gestoras de fondos en España para paliar la falta de rentabilidad en un mundo sin muchos incentivos en las inversiones y donde los costes de los productos financieros se han situado como la principal preocupación.