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¿Cómo influye el cambio climático en las inversiones?

Inicialmente parece que inversiones y cambio climático son dos conceptos que no tienen relación. Sin embargo, no es así porque el cambio climático tiene un claro impacto en las inversiones y no solo por las medidas legales que se van a introducir o el Plan de Acción Europeo para Finanzas Sostenibles. También hay otros factores que van a impulsar la transformación financiera. Un nuevo contexto en el que se surgen oportunidades atractivas para invertir sin tener que renunciar a la rentabilidad.  

El sector financiero está en transformación. Un proceso en el que no solo hay que tener en cuenta la digitalización, sino también el cambio climático, que va a tener un impacto directo en las inversiones, según se ha puesto de manifiesto en la jornada 'La futura ley del cambio climático y transición energética y su impacto en los inversores', que ha sido organizada por Ibercaja dentro de la semana ISR 2018 con el fin de impulsar la inversión socialmente responsable.

Una nueva hoja de ruta hacia inversiones sostenibles que vendrá marcada por la futura ley del cambio climático y transición energética, así como por las medidas incluidas en el Plan de Acción Europeo para Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea, que recoge la obligatoriedad de incorporar aspectos ambientales y sociales para la gestión de activos y para hacer inversiones sostenibles.

Un cambio al que se suman también los movimientos de descarbonización de las carteras, que está liderado por los ciudadanos, que no quieren invertir en compañías que se dediquen a la extracción de carbón o que no sean respetuosas con el medioambiente.

En este contexto, el sector financiero deberá desempeñar un papel fundamental como financiador de la transformación de una economía baja en carbono. De hecho, se calcula que hay más de 500.000 millones de dólares en inversiones que están relacionadas con el cambio climático. "El sector financiero tiene un papel clave en la financiación de estos proyectos", ha explicado Sophie del Campo, Executive managing director para Iberia y Latinoamérica de Nataxis Asset Management, quien ha dado a conocer además la experiencia con Mirova, que gestiona más de 10.000 millones en proyectos y empresas que contribuyen de manera positiva a la mejora del medioambiente y al mejor gobierno empresarial.

"El sector financiero tiene un impacto brutal por la financiación de proyectos con un impacto positivo", que se tiene en cuenta en la gestión de las inversiones de Mirova, comprendiendo no solo la producción o fabricación de un determinado artículo, sino analizando todo el ciclo hasta su reciclaje para que el impacto sea positivo al 100%.

El papel de las entidades financieras en relación al cambio climático también debe comprender la promoción de los bonos verdes o líneas de acción como las que contempla la Unión Europea para aplicar tipos de interés más bajos para, por ejemplo, "proyectos de eficiencia energética con préstamos más baratos. Hay maneras para ser más creativos".

Y dentro de esta creatividad tienen que desarrollarse productos financieros más sostenibles. "En la Unión Europea, los clientes y las grandes empresas están cada vez más concienciados de la inversión social responsable. Pero nos falta el producto financiero para ofrecerlo al cliente. Hay una necesidad importante de que las entidades financieras ofrezcan estos productos" con los que no tiene por qué haber una menor rentabilidad, puesto que las compañías sostenibles en las que se invierta se van a revalorizar y van a ser más rentables.

Dentro de los sectores para realizar inversiones socialmente responsables está el coche eléctrico porque "las infraestructuras que se realicen van a quedar", al igual que las empresas consolidadas. "Poner dinero en estas inversiones va a ser positivo porque va a compensar. Merece la pena", ha explicado Rafael del Río, director técnico de AEDIVE Asociación para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, quien ha incidido en la jornada sobre la importancia de los coches eléctricos para alcanzar el objetivo de la Comisión Europea de reducir las emisiones de CO2 en un 40% en el año 2030 en relación a 1990.

El sector de la construcción -que hoy en día es uno de los que más energía consume en Europa-, también ofrece importantes oportunidades de la mano de la eficiencia energética y la rehabilitación para contribuir a reducir las emisiones de CO2.

Desde la Comisión Europea también se ha marcado el objetivo de hacer crecer en un 30% la eficiencia energética para lo que se deberán modernizar los edificios. Un ámbito en el que en España hay una importante labor por hacer porque hay 3,4 millones de viviendas sin ascensor y 13,8 millones de viviendas están construidas antes de 1979. Además, hay 13 millones de hogares ineficientes.

Un proceso que tendría un importante impacto económico al ahorrar alrededor de 70.000 millones de euros en la importación de combustibles fósiles y generarse con esta actividad unos 400.000 empleos en Europa.

Sin embargo, para conseguir los objetivos hay algunas barreras como la financiación porque "el crédito bancario es insuficiente e inadecuado", ha añadido Juan Rubio, director del Observatorio Ciudad 3 R sobre Rehabilitación Urbana, a pesar de que hay entidades como Ibercaja que sí que apuestan por esta financiación y de que existen algunos instrumentos de financiación públicos y privados.

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