Citigroup volvió a ser la estrella de la sesión de ayer, pero esta vez por un motivo positivo, para variar: la autoridad inversora de Abu Dhabi invirtió 7.500 millones de dólares en el banco, lo que fue recibido con alivio por los inversores: el valor rebotó el 1,7% tras su reciente castigo.
Este alivio tuvo detrás varios motivos. Por un lado, aleja los temores de un recorte de dividendo que parecía cantado para mantener los ratios de capital ante las ingentes pérdidas de Citi en activos de crédito. Por otro lado, demuestra que hay grandes inversores dispuestos a apostar por la entidad en su hora más oscura… aunque sea desde Abu Dhabi.
Esta inversión se materializará mediante bonos convertibles que le van a salir por un pico a Citi, ya que pagan el 11% de interés. Cuando los canjee entre 2010 y 2011, Abu Dhabi tendrá el 4,9% del capital, por encima del 3,6% que posee el príncipe de Arabia Saudí, aunque no contará con un asiento en el consejo.
Asimismo, la conversión se realizará con una prima de entre el 8% y el 25% respecto al precio actual, lo que le permite evitar el descuento al que tendría que emitir ahora los derechos de una ampliación de capital, según explica Dresdner. Además, los ingresos obtenidos por Citi irán directamente al ratio de capital Tier 1, que subirá así 0,5 puntos hasta el 7,5%. Una mejora que necesitaba como agua de mayo después de las fuertes amortizaciones de activos respaldados con hipotecas subprime y otros créditos.
Ahora bien, la gran duda es si esto es el principio del fin de las tribulaciones del que fuera mayor banco del mundo, o un soplo de aire fresco contra un tornado. Citigroup ha ganado tiempo, eso es innegable. Pero, ¿ha conseguido algo más?
Los analistas se dividían a este respecto ayer en Wall Street. John McDonald, de Bank of America (la competencia de Citi, no es imparcial) mantenía que, a pesar de lo de ayer, Citi tendrá que acometer nuevas ampliaciones de capital y otras operaciones de balance, ya que tendrá que rebajar mucho más el valor de los activos que tiene en su poder. Deutsche Bank cree que la operación de ayer le da flexibilidad para incluir en su balance 100.000 millones de activos como los SIVs, o bien amortizar más CDOs.
La famosa analista Meredith Whitney de CIBC, que provocó el desplome del valor a principios de noviembre al estimar que Citi tendría que conseguir 30.000 millones vendiendo activos, ampliando capital, cortando su dividendo o con otras medidas, se mantenía ayer en sus trece pese a la inversión de Abu Dhabi. Otros analistas creen que estos 7.500 millones sólo servirán para cubrir nuevas amortizaciones de CDOs que el banco va a anunciar en breve.
Estas dudas se reflejan claramente en la bolsa. Es cierto que el valor rebotó el 1,7%, pero también lo es que el lunes se había desplomado el 6,1% y que pierde un 40% en el conjunto de 2007. Es decir, la subida de ayer fue ese soplo después del huracán. Lo que queda por ver es si es el inicio de una bonanza duradera o si la tempestad se reanuda después de esta calma engañosa.