Wall Street sigue sumida en la confusión y metida en un movimiento lateral de múltiples salidas posibles.kRuptura alcista en pos de nuevos máximos, nuevo techo en esa zona y recaída, movimiento prolongado en un rango estrecho, recaída a mínimos del año antes de remontar hacia máximos, perforación de esos mínimos...
Y el escenario económico, cada día más confuso, no aporta nada para guiar al inversor.
Ayer tuvimos un ejemplo muy claro: el PIB del cuarto trimestre fue revisado por última vez hasta el 2,5% frente al 2,2% anterior. Wall Street reaccionó con alegría: la economía está más fuerte de lo que parece a pesar de la crisis inmobiliaria, los beneficios van a seguir creciendo... todo eso. Pero entonces alguien se dio cuenta de que, en un escenario así, los tipos no pueden bajar. Incluso podrían subir. Y los índices entraron en negativo.
Al final recuperaron terreno y acabaron con alzas del 0,39% para el Dow Jones y del 0,37% para el S&P 500. El Nasdaq, en cambio, terminó repitiendo.
Esta confusión, alimentada por la marcha atrás de Bernanke en su comparecencia del miércoles, no hace sino reflejar el dilema que suele acompañar los movimientos laterales: la duda entre si el mercado prefiere una prolongación del ciclo económico, aunque eso suponga mayor inflación y mantenimiento/subidas de tipos, o si es mejor que los datos reflejen mayor debilidad para convencer a la Fed de que tiene que bajar tipos. A corto plazo, no parece que vayamos a tener una mejor visibilidad de este dilema.
Y luego está el petróleo. Ayer volvió a subir con fuerza, y ya se encuentra de nuevo por encima de 66 dólares. Esta vez sí es posible que este movimiento sea negativo para la bolsa, al contrario que en los últimos años: hasta ahora, bolsa y petróleo han subido a la vez por la fortaleza del crecimiento mundial; ahora este crecimiento se tambalea y el petróleo sube por factores geopolíticos (Irán), lo cual es muy perjudicial para la economía y los mercados.
El dólar recuperó con fuerza frente al yen tras el batacazo del miércoles, pero retrocedió frente a un euro que acabó en 1,3333 dólares. Los bonos cayeron en precio tras el dato del PIB, con lo que su rentabilidad subió al 4,63%.