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Cuidado con el efecto de una posible reducción del apalancamiento global

Alain Galibert, Bolságora
1/03/2007 - 0:10

Se vislumbran semejanzas entre las correcciones de mayo de 2006 y la que estamos viviendo

En materia de bolsa, es peligroso basar las decisiones en analogías. Pero los puntos en común entre la corrección de esta semana y la de mayo del año pasado son tan llamativos como para reflexionar sobre el tema. Tanto en 2007 como en 2006, la corrección llega después de una recuperación de cierta amplitud en la renta variable.

En ambos casos, las correcciones han llegado en un entorno marcado por una volatilidad históricamente baja. Se han producido asimismo tras la formación de burbujas en algunos segmentos del mercado global. Así fue en 2006 con el caso de las materias primas y de algunos mercados emergentes de Sudamérica. En 2007, sin embargo, la corrección no se produce por culpa de las materias primas sino por las dudas que genera la sobrevaloración de China y, no es casual, por los riesgos vinculados a los ‘carry trades’ basados en yenes.

En 2006, al igual que en 2007, el cambio de las perspectivas económicas no fue directamente la causa de la corrección bursátil. Las raíces fueron financieras por mucho que siempre se pueda encontrar algo en la situación económica que justifique una subida de las primas de riesgo. En ambos casos, el detonante de la corrección no ha sido un acontecimiento interno de Europa o Wall Street, sino un golpe de confianza ‘local’ en un mercado emergente.

Finalmente, tanto en 2006 como en 2007, más que desatarse una crisis global, las caídas de los mercados se han limitado a la renta variable. Eso es al menos lo que parece hasta ahora. La subida de las primas de riesgo ha sido abrupta, pero limitadas a las acciones. Los inversores han buscado inmediatamente activos más seguros y el dólar ha subido tras unas compras masivas de deuda pública de la zona dólar.

Si la corrección abierta esta semana no llega a tener la profundidad de la de mayo, no tardaremos en tener una recuperación por encima de las antiguas zonas de soporte de los índices de referencia perdidas esta semana. Pero es necesario subrayar que ése no es el mensaje del análisis técnico y que tampoco es el escenario más probable si la corrección es el detonante de una reducción masiva de las posiciones apalancadas abiertas en los últimos meses. Si los mercados siguen este camino, nos parece oportuno recordar tres elementos que marcaron 2006:

- Primero. La corrección fue larga antes de que los mercados marcasen una auténtica pauta de vuelta alcista. Hubo dos meses enteros de volatilidad, con doble suelo y falsa salida alcista, antes de producirse en julio el despegue de verdad.

- Segundo. La lateralidad fue el pretexto de unos altibajos muy peligrosos. Cabe recordar que el Ibex cayó casi 700 puntos, luego se recuperó unos 300 puntos y marcó un nuevo mínimo creciente. Posteriormente, se recuperó unos 900 puntos y volvió a recaer en casi 500. Una montaña rusa mortal para los inversores que no supieron comprar en mínimos.
- Tercero. La corrección se dio por terminada con la ayuda de un ‘catalizador’ de confianza lo bastante potente como para frenar la volatilidad y bajar las primas de riesgo a escala internacional. En junio pasado, fue el papel jugado por Bernanke con sus declaraciones sobre las virtudes del ‘soft-landing’ (aterrizaje suave) americano. ¿Volverá a la carga el presidente de la Reserva Federal? Un recorte en los tipos de interés de la Fed sería el detonante ideal si se confirma el pronóstico pesimista de Greenspan de una posible recesión, frente al optimismo del mercado –Bolságora incluido– sobre las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos a corto plazo.