Parece que el mercado sigue de fiesta y que va a anular un nuevo intento de corrección casi antes de empezar. La fortaleza alcista sigue siendo enorme y así no hay quien ponga en duda la tendencia... de momento. Porque en septiembre las cosas pueden cambiar notablemente. La vuelta del volumen de negocio y de los inversores profesionales al mercado puede dejar la felicidad alcista convertida en el sueño de una noche de verano.
Ahora mismo, basta cualquier dato medianamente optimista -ayer fueron el índice de la Fed de Filadelfia y el indicador adelantado- para hacer subir las cotizaciones, a veces notablemente, un movimiento que se intensifica por el escaso volumen de las últimas sesiones. Pero en septiembre los datos serán examinados mucho más detalladamente, y tendrán que ser muy buenos para justificar la continuidad de un rally que alcanza ya el 50% desde los mínimos de marzo.
En efecto, el volumen total negociado en Nueva York en julio fue un 30% inferior al registrado en los dos años anteriores, y un 75% menos que el de julio de 2006. Unos descensos que también se han dado en la bolsa española. Además, otras estadísticas sugieren que estamos más ante una 'huelga' de vendedores que ante una estampida de compradores, lo que hace peligroso el retorno a la normalidad. Como es sabido, las subidas sin volumen no son nada fiables.
"Hemos subido con muy poco volumen. Deberíamos empezar a ver un escenario más realista de lo que la gente piensa verdaderamente sobre la economía a medida que se acerca el fin de año, y el vencimiento de opciones y futuros de septiembre nos puede dar esa visión", opina Joe Kinaha, estratega de la firma Thinkorswim.
Según los analistas, las prioridades en la agenda de los inversores para la 'vuelta al cole' serán la estabilización de los mercados inmobiliario y laboral, así como un movimiento que vaya más allá del fin de la caída de la economía, es decir, que muestre un progreso real. Si ambos factores se dan a la vez -y ahora mismo hay una notable confianza en que así será-, la vuelta de vacaciones será tan feliz para los mercados como lo han sido julio y agosto. Y si encima las empresas mejoran sus previsiones para el tercer trimestre, miel sobre hojuelas.
Ahora bien, esto es lo que refleja el sentimiento optimista que domina el mercado. Pero la historia está de parte de los bajistas. Septiembre es históricamente el peor mes del año para las bolsas (¿hace falta recordar lo que ocurrió en septiembre del año pasado?), con una caída media del 1,3% para el S&P 500 desde 1928. Y octubre no suele ser mucho mejor. Un elemento que ha puesto en alerta a muchos inversores es el subidón registrado el lunes por el VIX, el famoso "índice del miedo" que mide la volatilidad de las opciones sobre índices.
Esto hace que muchos piensen que, aunque no tengamos necesariamente una fuerte caída en septiembre, sí tendremos un mercado mucho más volátil que el actual, con sesiones de grandes subidas y grandes batacazos. Otro elemento que debe resolverse en septiembre es si los grandes valores serán capaces de tomar el relevo a los pequeños en el liderazgo del mercado, sin lo cual será difícil mantener viva la subida.
En todo caso, no va a ser fácil. Antes o después debería llegar la gran corrección que todo el mundo prevé pero que el mercado se niega a ejecutar pese a la subida casi vertical que se ha metido entre pecho y espalda. Esta falta de corrección se explica por la enorme confianza que hay en el mercado, lo que también es una señal bajista según la teoría de la opinión contraria.
Hay una última posibilidad: si el mercado no recibe las buenas noticias que está esperando pero se niega a corregir como hasta ahora, septiembre puede acabar siendo un mes irrelevante contra todo pronóstico, con un movimiento lateral que no resuelva las dudas actuales. Algo que no sería extraño a juicio de algunas firmas como Schaeffer's, puesto que en la actualidad los alcistas y los bajistas se encuentran en el mismo estado de confusión sobre lo que puede pasar con la economía y con la bolsa.
Finalmente, otro elemento que, aunque no sea necesariamente bajista, sí va a dificultar mucho la continuidad alcista es el recuerdo de lo ocurrido hace un año. La memoria de aquel pánico es demasiado reciente y las pérdidas sufridas entonces todavía no se han recuperado pese al rally iniciado en marzo.