Es bien sabido que el Nasdaq es el gran rezagado de la subida de las bolsas y que, después de la ruptura alcista de los índices tradicionales, es el que se enfrentará a sus grandes resistencias en 2007. En Bolságora hemos justificado muchas veces este retraso por la "venganza de la vieja economía".
La fuerte demanda de los bienes y servicios básicos por parte de los países emergentes, mientras que las grandes tecnológicas son incapaces de lanzar innovaciones que generen una nueva demanda de sus productos.
Hasta ahora, había excepciones a esta tendencia, sobre todo Google y Apple (y Yahoo luchaba denodadamente por subirse a este tren). Pero los que no levantaban cabeza eran los protagonistas de la burbuja tecnológica: Microsoft, Intel y Cisco. Ahora, esta situación parece empezar a cambiar.
Es verdad que Microsoft afronta grandes riesgos con el lanzamiento de Vista -que se han traducido en la recaída del valor desde la zona de 31 dólares-, pero no es menos cierto que en verano estaba en 21 y que el nuevo Windows, mal que bien, es el intento más serio de recuperar el terreno perdido desde el estallido de la burbuja. Intel también lo sigue pasando mal: la guerra de precios con AMD ha destrozado su cuenta de resultados y ha impedido que salga de su tendencia bajista en bolsa, pero ha vendido negocios no estratégicos y se esfuerza por recuperar el liderazgo en innovación.
¿Y Cisco? No hace mucho, en esta sección comparábamos a Apple, que había lanzado su revolucionario iPhone, con Cisco, que le había demandado por usar un nombre que esta empresa otorga a un producto que nadie conoce. Unos innovan y otros pleitean, decíamos, porque lo único que les queda es sacar el dinero a otras empresas en los tribunales.
Cisco quiere volver a ser grande
Bueno, tal vez nos pasamos. El mayor fabricante de routers del mundo dio ayer unos resultados mejores de lo esperado y que demuestran que él también quiere volver a ser el que fue. Cisco incrementó su beneficio en su segundo trimestre fiscal en un 40% hasta 1.920 millones de dólares ó 31 centavos por acción; excluyendo gastos extraordinarios, ganó 33 centavos, por encima de los 31 que esperaban los analistas. Los ingresos también batieron las expectativas, con un aumento del 27% hasta 8.440 millones. Detrás de estos buenos resultados está la carrera de las operadoras de telecomunicaciones y de cable por integrar voz, banda ancha y televisión (el famoso ‘triple play’). Lo cual requiere routers de última generación a precios baratos, que es lo que fabrica ahora Cisco.
Leyendo el párrafo anterior, parece una obviedad que Cisco se beneficie de este nuevo mercado. Pero no lo es por dos razones. Primero, porque hasta ahora no se había beneficiado de la explosión de la banda ancha en todo el mundo. Y segundo, porque Cisco afronta una competencia feroz de sus rivales clásicos (Nortel, Juniper, JDS Uniphase...) y de nuevos gigantes, en especial la nueva Alcatel-Lucent. Y la vieja gloria ha conseguido imponerse a todos.
El CEO de Cisco, John Chambers, cambió el rumbo del valor en agosto cuando elevó sus previsiones para el ejercicio. Desde entonces, Cisco ha subido el 60% y encara la resistencia absolutamente crucial de los 29 dólares (los máximos de 2004). Su superación sería una fortísima señal alcista para el Nasdaq -que sigue sin poder con los 2.500 puntos-. Y es que, si hasta Cisco resucita, es que todavía hay esperanza para la tecnología, que podría convertirse en la gran estrella de 2007.