Después de la fiesta alcista con que terminó la semana pasada, con los índices en máximos de 9 meses, la actual comenzó ayer con corrección. Pero no tiene pinta de que sea el inicio de la gran corrección que casi todo el mundo estaba esperando (cada vez menos gente lo espera ya, lo que puede indicar que esta vez sí va a llegar). Porque la caída fue mínima y no llegó a amenazar a ningún soporte mínimamente relevante.
El Dow Jones cedió un mínimo 0,34%, el S&P 500 sólo bajó el 0,33% y el Nasdaq perdió el 0,4%. Ninguno se acercó a ningún nivel con relevancia técnica; los primeros soportes de cierta importancia deben situarse en los mínimos de la semana pasada.
Es decir, que cabe interpretar la sesión de ayer como de transición a la espera de las importantes citas de esta semana: los datos económicos, los resultados de los grandes almacenes y la reunión de la Fed. Estas citas serán las que determinen si efectivamente vamos a tener una corrección en condiciones o si, por el contrario, la subida va a retomarse con las alas de unas expectativas fortalecidas de de recuperación económica. Ayer no hubo referencias de importancia.
El protagonista de ayer fue la nacionalizada Freddie Mac, que se disparó el 78% un día después de publicar su primer beneficio trimestral en dos años. El petróleo cayó ligeramente pero se mantuvo casi en 71 dólares. Los bonos subieron en precio y su rentabilidad bajó al 3,77% en vísperas de emisiones por parte de EEUU valoradas en 75.000 millones esta semana.
Hoy martes comenzará el baile con la productividad del segundo trimestre (para la que se espera una fuerte mejora), los costes laborales y los inventarios mayoristas. Applied Materials también publicará sus resultados.