Cuando este fin de semana hemos reflexionado comparando lo que nos esperaba con una piscina en la que había dos tipos de inversores, no podíamos imaginar que las cosas iban a seguir un rumbo tan preciso. Como hemos escrito, a esta altura hay dos clases de inversores: los que tienen una importante rentabilidad y lo ven más o menos plácidamente desde el agua, y los que intentan reparar la falta de acierto en zona crítica dando vueltas alrededor de la piscina, arriesgándose a que se les rompan las gafas o los dientes. Pasar de un doble techo ?t1t2- a un posible doble suelo ?s1s2- como el que puede verse en el adjunto del futuro del Ibex 35, resume perfectamente la necesidad de cambiar continuamente el discurso que pueden forzar estos rápidos cambios de dirección.
Seguimos pensando que estamos en fase correctiva a nivel global, si bien es cierto que el Ibex parece en condiciones de atacar y batir los máximos; y que el mejor modo de transitar por estos parajes es a bajo nivel de exposición porque le dinero fácil ya tuvo que haberse hecho. Uno puede equivocarse cambiando siete veces de chaqueta en cinco sesiones, pero debe ser con poco capital. Para que haya otra fase de dinero más o menos fácil deberíamos tener corrección en profundidad o en tiempo, porque de otro modo cualquier señal alcista puede ser fagocitada por la sobrecompra generada el alza abierta en marzo. Las señales bajistas, considerando nuestro escenario de fondo, eso que hemos llamado la C de Barack, nunca serían parte de otra cosa que no sean coberturas porque no es el tiempo de especular en el lado bajista de la tendencia.