La importancia de las resistencias que encaran los índices en Nueva York es tal que al mercado va a costarle superarlas. Anoche quedó claro: el Dow Jones no pudo con el nivel de 8.500 puntos y se vino debajo de forma contundente. El Ibex 35 debería corregir tras superar ayer los 9.500 puntos.
Acabó bajando el 2,05%. El S&P 500 perdió el 1,9% y el Nasdaq -el mejor en la subida previa- redujo su caída al 1,11%.
Como saben, la batalla que se está librando en estos momentos es decisiva para la continuidad del rally o para que éste dé paso a una corrección importante. Ha fracasado el primer asalto, pero lo más probable es que haya más. Pero, de momento, lo lógico sería que el Ibex (IBEX.MC), que ayer superó los 9.500 puntos, hoy corrija de forma apreciable en la apertura.
Si la subida previa había tenido detrás una clara mejoría que insinúan los datos económicos, ayer la recaída fue una especie de baño de realidad. Por un lado, General Motors se hundió el 20% ante la cada vez más probable quiebra del gigante del automóvil después de no haber logrado canjear deuda por acciones. Por otro, la megasubasta de bonos del Tesoro de EEUU, de 35.000 millones. Aunque logró colocarla, la demanda fue floja y el tipo de interés que tuvo que pagar, muy alto. La consecuencia fue que el tipo del bono a 10 años se disparó al 3,71%, su máximo en seis meses.
Estas noticias anularon un dato de ventas de viviendas de segunda mano ligeramente mejor de lo esperado. También llegaron buenas noticias de Bank of America, que anunció que va por buen camino para lograr los 34.000 millones de capital que necesita según los test del Gobierno.
Hoy tendremos en EEUU los pedidos de bienes duraderos, las peticiones semanales de desempleo y las ventas de casas nuevas, completadas por los resultados de Dell.