
La política arancelaria de Donald Trump se ha cobrado a su primera víctima en el mundo del motor. Volvo Car, el primer fabricante europeo que ha publicado sus resultados del primer semestre del año, ha anotado pérdidas netas por 7.100 millones de coronas suecas (627,56 millones de euros al tipo de cambio actual), principalmente afectado por la pérdida de rentabilidad de sus modelos fabricados en China y en Europa y vendidos en EE. UU.
El fabricante automovilístico sueco, participado mayoritariamente por el grupo chino Geely, se ha anotado así pérdidas en el primer semestre, que el mercado ya daba por descontadas y esperaba que fueran peores —al medio día de este jueves subía un 7,4% en Bolsa—, frente a los 9.200 millones de coronas suecas (813 millones de euros) que ganó el año pasado, según publica en su cuenta de resultados este jueves.
Hace unos días, Volvo había advertido de que su resultado operativo del segundo trimestre se vería impactado por un cargo por deterior no monetario de 11.400 millones de coronas suecas, consecuencia de los retrasos en lanzamientos y la imposición de aranceles que afectan a sus modelos EX90 y ES90. Al final, el resultado operativo (Ebit) fue negativo, de 8.000 millones de coronas suecas (707,11 millones de euros), y un margen ebit negativo del 4,5%.
Volvo ha explicado que el EX90 tendrá una rentabilidad reducida a lo largo de su ciclo de vida por los retrasos ocurridos en su lanzamiento y los costes adicionales que estos han traído. El fabricante ha advertido de que no podrá vender de forma rentable su sedán ES90 en Estados Unidos y que los márgenes de este modelo están bajo presión en la Unión Europea debido a la política arancelaria activa en estos dos mercados por la importación de vehículos eléctricos provenientes de China.
Volvo ya paga un arancel de 27,5% por sus coches exportados Estados Unidos y fabricados en Europa. A esto se le suma el impuesto general que Donald Trump impuso en mayo a los componentes del automóvil, lo que afecta la producción es su fábrica estadounidense en Carolina del Sur (EE.UU), donde se ensambla el EX90.
Con todo, los ingresos del fabricante sueco cayeron un 10%, hasta las 176.400 millones de coronas suecas (15.591,82 millones de euros), y vendió 353.800 unidades a nivel global, un 9% menos. Mientras tanto su Ebitda fue 15.400 millones de coronas suecas (1.361 millones de euros) un 36% menos.
Retirar modelos del mercado estadounidense
"La demanda sigue estando presionada por el entorno macroeconómico, las incertidumbres relacionadas con los aranceles y una competencia cada vez más intensa. Todo esto continúa afectando tanto a los volúmenes como la rentabilidad para nosotros y para todo el sector automotor", ha comentado el consejero delegado de la empresa, Hakan Samuelsson.
Samuelsson regresó a liderar la empresa el pasado marzo en un momento de crisis para la empresa por la entrada en vigor de los aranceles del 27% en Estados Unidos a las importaciones automovilísticas europeas. La compañía ya se estaba viendo además afectada por el gravamen impuesto el año pasado por la Comisión Europea a los vehículos eléctricos producidos en China, que en el caso de Geely era de un 18,8%, sumado al 10% estándar.
Es sobre este aspecto que se ha pronunciado Samuelsson. En una entrevista con la agencia Reuters, el directivo sueco ha pedido a la Unión Europea que se retiren los impuestos del 10% a las importaciones de vehículos, que afectan a los modelos que llegan de Estados Unidos. El ejecutivo aboga por esta medida para demostrar la buena voluntad europea en las negociaciones entre Bruselas y Washington. "Deberíamos ser nosotros quienes mostremos el camino". La agencia también ha adelantado que Volvo retirará modelos del mercado estadounidense ante la imposición de la política arancelaria.
Durante el primer semestre de 2025, el volumen de ventas de Volvo Car cayó en todos sus mercados principales, menos EE.UU, donde creció un 6%, hasta las 64.700 unidades. No obstante, en su mercado principal, Europa, redujo un 12% sus entregas hasta las 169.900 unidades. Por países, el segundo destino principal de sus automóviles es China, donde el fabricante tiene cinco plantas de fabricación. En el gigante asiático redujo sus ventas un 10%, hasta las 70.500 unidades.
Planes de regionalización y recortes de costes
La estrategia de Volvo para intentar enderezar sus cuentas pasa por una estrategia de costes y una reubicación de sus modelos para evitar pagar aranceles. "A principios de este año lanzamos un plan de recuperación de costes y liquidez por valor de 18.000 millones de coronas suecas (1.591 millones de euros). Este plan está comenzando a tener efecto, y su impacto completo se verá en 2026… nuestra dirección estratégica se basa en tres pilares: rentabilidad, electrificación y regionalización", ha señala Samuelsson en el documento.
El plan, explica el fabricante, contempla aproximadamente 3.000 millones de coronas suecas (265 millones de euros) en reducciones de costes variables y 5.000 millones (441 millones) en eficiencias de gasto indirecto en efectivo, de los cuales la mitad impactará en a su Ebit en 2026.
Además, alrededor de 10.000 millones de coronas (883 millones de euros) en acciones adicionales de liquidez para reducir el capital de trabajo y las inversiones de capital durante 2025 y 2026. Volvo anunció en mayo que recortará en torno a 3.000 puestos de trabajo a nivel mundial, es decir, el 15% de su plantilla total de oficina, siendo el principal país afectado Suiza, donde reducirá su plantilla en 1.200 puestos de trabajo.
Este plan de regionalización lo ejemplifica bien el lanzamiento de su primer híbrido enchufable de autonomía extendida, el XC70, cuya producción comenzará durante el tercer trimestre y que ofrecerá primero en China, donde buscar hacerse hueco entre la alta competición de marcas que ofrecen mejores prestaciones de electrificación. Además, para aumentar la producción en su planta de Charleston (EE.UU) y reducir el impacto de los aranceles de importación, introducirá la producción local de su SUV XC60, el más vendido en ese país.
"Con la globalización en retroceso, nos estamos adaptando a un mundo más regionalizado", ha comentado. Este es el caso de su modelo eléctrico icónico EX30, cuya producción trasladó este año desde sus plantas en China a las de Gante (Bélgica) y Torslanda (Suecia). "El EX30 ha comenzado ahora a fabricarse en nuestra planta de Gante para reducir el impacto de los aranceles".