Economía

Las señales que indican que el fin de la clase media está cada vez más cerca

Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), casi 6 de cada 10 españoles son de clase media, es decir, con unos ingresos que varían entre el 75% y el 200% de la renta media nacional, eso es alrededor de 23.350 euros, en base a los datos del INE sobre el salario medio en España. En la teoría, todo lo que esté por debajo de ese 75% es considerado clase baja, y por encima del 200% clase alta. Pero, en la práctica, ¿existe realmente una clase intermedia?

Hace 30 años ser de clase media no estaba ligado tanto a un sueldo o una cifra exacta, sino que tenía más que ver con el desarrollo del Estado de Bienestar. En los 90, los hogares españoles de clase media podían presumir de una vida basada en la estabilidad, la seguridad y el progreso: empleo fijo e indefinido, acceso a créditos financieros sin excesivo endeudamiento y unos ingresos que, en muchos de los casos, eran en singular, pues era común una única nómina por hogar. Criterios más que suficientes para poder hablar, efectivamente, de clase media, pero que no bastan para hacerlo a la vida de 2025.

La misma OCDE ya ha advertido en varias ocasiones de la evolución de este fenómeno a causa de una mayor presión fiscal como consecuencia de la presión ejercida por los datos de la inflación y la falta de ajuste del IRPF frente a la subida de los salariales. Por su parte, el Banco de España ha avisado también sobre el endeudamiento de la clase media actual, en gran parte por el aumento del coste de vida, que está generando un contexto de inestabilidad general y de merma en la capacidad de ahorro. Aun así, y según el último informe del BE, 'Cuentas Financieras de la Economía Española', 2024 fue un año de desahogo para los hogares españoles, con una caída de ratio de endeudamiento hasta 67,9%.

El auge de la clase media en la década de los 90

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más del 60% de la población se considera de clase media, aunque no siempre se ajusta con la realidad económica individual: el organismo español confirma que 3 de cada 10 españoles caerían en la pobreza de no tener ingresos durante tres meses, lo que evidencia dos cosas: la fragilidad de la clase media y las enormes dificultades para acumular riqueza, en especial entre los más jóvenes.. Es más, durante 2020, casi el 20% de los españoles que se autodeterminaban como clase media vivían con ingresos de entre 900 y 1.200 euros, ni si quiera llegaban a los criterios de la OCDE. ¿Esto significa que ya no existe la clase media? No del todo; clase media existe, pero no es la misma que hace 30 años.

A principios de los años 90, la clase media actuaba como uno de los motores principales de la economía del país y también en clave social. Durante esa década el país experimentó un gran desarrollo económico que reflejo un crecimiento del 3,3% anual entre 1990 y 1997, según datos del Banco Mundial. La estabilidad laboral fue entonces la clave para el también desarrollo de una clase media emergente dedicada en gran parte al servicio público y a grandes corporaciones, y con estudios universitarios. Por esos años, además, el acceso a una vivienda en mucho más fácil, con una relación precio/salario que evitaba grandes endeudamientos.

Ya a principios de los 2000, la burbuja inmobiliaria propició un asentamiento de la clase media impulsada por las facilidades en los créditos hipotecarios y también financieros, que implicó el fenómeno de las segundas residencias y extendió. Pero la crisis de 2008 desencadeno una serie de catastróficas desdichas financieras, empezando por el aumento de la tasa de desempleo hasta casi el 27% en 2013, y siguiendo por un brusco descenso del 15% de los ingresos reales por hogar, según datos extraídos de CaixaBank Research.

Por, es posible que lo que antes era clase media hoy en día se considere media-alta, y que la línea que la separa de la clase baja se haya difuminado tanto, en relación a la fragmentación producida por los cambios profundos en las expectativas de vida, en la seguridad económica, así como en la relación con el Estado del Bienestar, que no ya existan clases intermedias.

Precariedad en todos los ámbitos

Desde la reforma laboral de 2012, el mercado tiende a precarizar cada vez más los empleos con contratos temporales, por horas y a medias jornadas. El SMI es ahora (1.184 euros) el doble que en 2008 (600 euros), y a pesar de que la renta per cápita alcanzó en 2024 los 32.600 euros, frente a los poco más de 24.000 euros de hace 17 años, el poder adquisitivo ha menguado, o por lo menos, según el CIS, se ha mantenido igual en los últimos 15 años. Algo desconcertante teniendo en cuenta, por ejemplo, que el pasado mes de mayo el precio de la vivienda ha alcanzado máximos históricos, hasta alcanza casi los 2.400 euros de media en España (poco más de 1.900 euros en 2010), según los datos extraídos del Informe de Precios del portal inmobiliario Idealista.

Tanto es así, que los datos de CaixaBank Research reflejan que el 50% de los hogares declara tener dificultades para llegar a fin de mes y como resultado aumenta el endeudamiento: una de cada tres familias ingresa menos de lo que gasta.

Según los criterios actuales para ser considerado clase media, está ha experimentado un repunte en los últimos años y en 2022 suponía más del 60% del total de los españoles, si bien la pérdida de poder adquisitivo y el descenso en la capacidad de ahorro es más que evidente por el aumento del coste de la vida.

Las estadísticas del Banco de España son claras en este sentido: hoy en día un español necesita más de 7 años su salario bruto, sin gastar un solo céntimo, para poder costear una vivienda básica de poco más de 93 m2, lo que implica el doble de tiempo que hace 30 años, cuando a pensar suponían 3 años de nómina. Es así como el gasto en vivienda se ha convertido en la primera carga económica para la clase media en España que destina de media el 47% de su salario mensual, según el índice Inmobiliario de Fotocasa.

De la misma manera, en 2005 el IPC apenas rozaba el 3,5%, comparado con el porcentaje alcanzado en 2022 del 8,4%, según cifras del Instituto Nacional de Estadística. Del INE también son los siguientes datos: llenar la cesta de la compra en 2025 es casi el doble de caro que en 2024, con incrementos de hasta el 80% en algunos productos y bebidas no alcohólicas. Por ejemplo, hace más de 20 años, una docena de huevos apenas llegaba al 1,10€, frente a los 2,30 euros que cuesta ahora.

Casi 2 de cada 10 españoles aún viven con menos del SMI al mes

La transformación que ha sufrido la clase media en las últimas décadas es tan solo el reflejo de la evolución de toda la estructura económica del país tras las diferentes coyunturas financieras de cada momento que, sin embargo, no ha hecho más que incrementar las desigualdades.

Según el Banco de España, nuestro país en el quinto país con mayor desigualdad de toda la UE, debido a que el 20% más rico tiene una renta superior a 5,6 veces la del 20% más pobre. El 18% de la población aún recibo un salario menor que el SMI, clase baja, mientras que el 10% cobra más de 50.000 euros, y solo un 1% de los trabajadores españoles reciben una nómina superior a los 99.000 euros anuales.

Por otro lado, la erosión de la clase media también ha sido provocada desde arriba; el aumento de la deuda pública y los déficits fiscales obligaron a implementa políticas de austeridad que afectaron a los servicios públicos, reduciendo la calidad y el acceso a la educación, la sanidad y otros servicios esenciales.

Ahora, la clase media española se encuentra en una encrucijada y aunque su fin es todavía una incógnita, la combinación de precariedad laboral, sobreendeudamiento y desigualdad sigue poniendo en riesgo su estabilidad y seguridad. Con todo, empeora la relación con el Estados de Bienestar, cada vez más difuso.

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