
Antes de ser socias, María Martínez y Anabel Vázquez compartían dos aficiones: los viajes y la cosmética. Y puede decirse que ese verbo, compartir, es la columna vertebral de Laconicum.com, una web que vende cosmética de nicho. Olvídese de las marcas que se anuncian en masa y que todos conocemos. Laconicum.com es para gente cool, para hipsters sin complejos, para gafapastas viajados y amantes del cine, para connaisseurs a los que les gusta estar al día de lo que pasa. Porque, como explica Anabel, "en la información va a residir parte del nuevo lujo, en esa transmisión del secreto".
María ya tenía experiencia como empresaria. Arrancó dos proyectos también en la Red, iwannagothere.com y mimaleta.com, de los que guarda muy buenos recuerdos, como un Webby Award. Y Anabel escribe, viaja, prueba... y hasta le da tiempo a dar clases en el IED.
¿Su prototipo de cliente? Anabel y María se miran, se aprueban con la mirada y lanzan un nombre, el del empresario y cofundador de idealista.com Fernando Encinar. "Es nuestro target total. Quisquilloso, exigente, de los que no pasan ni una", explican.
La idea empezaron a gestarla durante una cena y la conversación duró casi un año. Y empezaron los trámites. Una burocracia de la que se encargaron sin terceras personas. "Nos apetecía para saber lo que había que hacer. Fue un poco pesado, eso sí, y todo se puede agilizar", confirman las dos.
Para un público curioso y urbano
"Laconicum es la tienda que queríamos y veíamos que no había, dirigida a un público no muy joven, curioso, urbano, etc.", dicen. Desde que arrancó en marzo, han comprobado que entre las diez y las doce de la mañana, en pleno horario de oficina, es el momento en el que se realizan más pedidos. "La gente quiere comprar cosas especiales. Para ello intentamos sustituir a la vendedora perfecta, por eso cuidamos muchísimo el packaging, está todo muy pensado", dicen.
Damos fe. La compra de una de sus cremas para hombre acaba resultando un éxito para el destinatario del regalo, exquisito y curioso como el público al que se dirigen, e incita al autorregalo a la que lo compra. Porque aunque hay productos para hombres, mujeres y niños, estas dos empresarias reconocen en los primeros cierta debilidad: "Tienen rutinas mucho más sencillas pero van incorporando nuevos productos. A ellos les tienes que explicar mucho más, piden más marcas, y productos para abdominales", cuentan. Aunque de las chicas dicen que son mucho más atrevidas, capaces de convertir en best seller unos polvos violetas que venden hace apenas un par de semanas. "Somos insaciables", declaran muertas de la risa.
Ni 'outlet' ni descuentos
Anabel y María reconocen con cierta timidez que su papel como prescriptoras les ha ayudado a arrancar el proyecto. "Hubo marcas que confiaron en nosotras sin tener ni siquiera la web hecha", comentan. Comercializan entre 20 y 22 firmas con una premisa valiente en estos tiempos de crisis y recesión de consumo: no hay outlet, no hay cupones, nada de descuentos. Muy poco nombre español en esas marcas y unos precios que oscilan entre los 10 y los 90 euros.
¿Objetivos? Tienen la vista puesta en Navidad, ese momento del año que lejos del toque nostálgico y familiar supone la tabla de salvación de muchas empresas. Anabel y María hablan de una cifra de ingresos aproximada de 100.000 euros y no descartan la apertura a otros mercados. Y a seguir probando.