
La duda que se planteaba el lunes sobre si la caída de ese día era una corrección o el final de la remontada se resolvió ayer mismo: de momento, se acabó el 'rally'. Los bajistas volvieron a la carga de forma contundente y con todos los pronunciamientos favorables: en zona de resistencia propicia para este contraataque y con poderosos argumentos fundamentales.
Con estas armas, los osos provocaron una verdadera escabechina anoche en Wall Street. El Dow Jones se desplomó el 2,86% hasta 12.273,9 puntos y el S&P se dejó aún más, el 3,09% hasta 1.338,1. Ambos índices volvieron a perder los soportes críticos recuperados la semana pasada: 12.500 y 1.365. El Nasdaq, que no había llegado a recuperar niveles importantes, se derrumbó el 2,96% hasta 2.312,3 puntos.
Así pues, tenemos la recaída que muchos analistas anunciaban porque desconfiaban de la capacidad del mercado para subir de forma sostenible después de haber dado confirmaciones técnicas bajistas y en un entorno económico ciertamente siniestro. Entorno que se confirmó ayer con un dato terrorífico de ISM de servicios, que sufrió la mayor caída mensual de su historia hasta 41,9, muy por debajo de los 50 que marcan la barrera entre expansión y contracción.
Resueltas las dudas
Si alguien todavía tenía esperanzas de que EEUU evitara la recesión después del PIB del cuarto trimestre y del paro de enero, ayer se quedó sin ellas. Hasta el presidente de la Reserva Federal de Richmond admitió por primera vez el riesgo de recesión. Y los futuros sobre los Fed Funds lo recogieron con una probabilidad del 100% para una nueva bajada de medio punto en la próxima reunión de la Fed. No obstante, no hay que perder de vista que el ISM industrial no confirma todavía la recesión que anuncia el de servicios.
Una vez más, el sector financiero encabezó el desplome, con caídas superiores al 45 para AIG y American Express (AXP.NY), y del 5% para JP Morgan (JPM.NY). La palma, como casi siempre, fue para Citigroup (C.NY), que se despeñó el 7,5%. Hasta Yahoo! (YHOO.NQ) se vino abajo y cedió el 1,2% ante las dudas sobre la posibilidad de que la opa de Microsoft (MSFT.NQ) sea aprobada por las autoridades.
En otros mercados, los bonos se dispararon en precio anticipando nuevas bajadas de tipos, de forma que su rentabilidad cayó al 3,55%. Curiosamente, el dólar no se vino abajo, sino que subió con fuerza ante el euro: pesaron más los temores sobre la economía europea que la recesión en EEUU, ya descontada por el mercado. El petróleo volvió a recaer y a perder los 90 dólares; terminó en 88,41.