Danny Trejo es uno de los rostros más conocidos de la televisión y cine norteamericano. Aunque en papeles pequeños, el actor tiene tras él un gran número de producciones. Sin embargo, pocos conocen que su vida podía ser un argumento de película.
"Comencé a fumar marihuana a los ocho años. Fui a la correccional tantas veces que creía que era un lugar obligatorio para todos los mexicanos", fue lo que declaró el actor el pasado mes de mayo en un reportaje de la cadena CNBC.
En este, Trejo contaba como buena parte de su infancia la pasó entre rejas. Estadounidense de ascendencia mexicana, Trejo creció en el barrio de San Fernando Valley de Los Ángeles y desde muy temprana edad comenzó a delinquir con su tío, época en la que se volvió adicto a la heroína. Esta juventud le llevó a pasar varios periodos de tiempo en la cárcel.
Sin embargo, en una de esas privaciones de libertad en la cárcel de San Quentin, Danny Trejo encontró el camino. El joven delincuente conseguía dejar las drogas, sacarse el graduado escolar e incluso encontró trabajo en la tintorería de la prisión. A su salida, continuó por el buen camino y tomó la decisión de ayudar a los jóvenes que tenían problemas.
Cosas del destino, en una de esas ayudas desinteresadas, Trejo recayó en un plató de cine donde rodaban la película Runaway Train (1985). Su ruda imagen le hizo conseguir un papel como convicto en la película. Desde entonces, el actor estadounidense de origen mexicano se ha convertido en un habitual en las películas de acción en Hollywood. Hoy en día, Trejo además de actor es productor cinematográfico y ha fundado una cadena de comida rápida mexicana: Trejo's Taco.s
