El que hasta ahora se erige como director de operaciones de Apple controlará formalmente la compañía en su día a día mientras su consejero delegado, Steve Jobs, está de baja médica por tiempo indefinido. Aunque las acciones de la compañía sufrían un batacazo en la bolsa de Frankfurt y seguramente hoy los inversores de Estados Unidos digerirán la noticia, es cierto que hasta ahora Cook ya llevaba buena parte de las riendas de Apple.
Sin embargo, al contrario que Jobs, este ingeniero encargado de que el engranaje de la de Cupertino funcione sin problemas no es un visionario sino el responsable de solucionar los desbarajustes de la compañía. Según la revista Forbes, Cook es un adicto al trabajo que probablemente es quien mejor conoce la compañía a parte de Jobs. El director de operaciones lleva trabajando en Apple desde 1998 y últimamente ha aparecido en distintos eventos sociales de la tecnológica, como la presentación del nuevo iPhone 4 operado por Verizon. Todos aquellos que hayan escuchado las conferencias sobre la presentación de resultados de la compañía sabrán que Cook es uno de los protagonistas de las mismas.
En Silicon Valley es una persona muy apreciada e incluso se especuló con la posibilidad de que podría haber ocupado el puesto de consejero delegado de Hewlett Packard tras el último escándalo que acabó con el despido de Mark Hurd. Al contrario que Jobs, Cook no cuenta con un salario simbólico de un dólar sino que su sueldo alcanzó los 59 millones de dólares el año pasado.