Si pensaba que el rally del bono alemán estaba llegando a su fin, el presidente del Bundesbank, Axel Weber, le ha proporcionado un nuevo impulso con sus últimas declaraciones. La rentabilidad de los bonos germanos a 10 y 30 años cotizan en mínimos históricos y la tendencia no da señales de cambio.
La fiebre por los activos refugios de la renta fija continúa ante la posibilidad de que se desarrolle en el futuro un escenario deflacionista para la economía mundial. Y se contagia como una pandemia a la deuda de más largo plazo con la conquista de nuevos récord.