Diez sesiones consecutivas cierra el euro a la baja, su racha de caídas frente al dólar más prolongada de su historia. En el conjunto de la semana se deprecia casi un 2,3%, lo que le ha llevado a la zona de los 1,06 dólares que ha llegado a perder en distintas ocasiones durante el viernes. Todo ello ya provoca que entidades como Goldman Sachs vuelvan a hablar de la paridad.
Los continuos retrasos a la hora de subir los tipos de interés por parte de la Reserva Federal alejaron los fantasmas de la paridad que durante buena parte de 2015 habían acompañado al euro. Sin embargo, la fortaleza que está mostrando el dólar en las últimas semanas ha vuelto a poner el tema sobre la mesa. Goldman Sachs, por ejemplo, considera que a finales de 2017 un euro se intercambiará por un dólar.
Esto significa que, desde los niveles actuales, le auguran una depreciación adicional de cerca del 6% a la moneda del Viejo Continente frente al billete verde. Algo que se sumaría a sus dos peores marcas semanales de 2016. Y es que, la que acaba de concluir es la segunda peor del año para el euro después de que la anterior se dejase alrededor de un 2,6% en su semana más bajista desde 2015.
Con todo ello, el euro sigue profundizando en sus mínimos de 2015 en la zona de los 1,06 dólares que ha cedido en distintas ocasiones durante la jornada del viernes pero que ha logrado recuperar. Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, señala que "desde esta zona no nos sorprendería que se produjera un rebote fruto de la sobreventa con visos de ser vulnerable". El experto señala que el objetivo del euro es su menor nivel del pasado ejercicio en la zona de los 1,05 dólares.
La moneda única se está moviendo a la baja debido a la fortaleza que está mostrando el dólar, especialmente desde que Donad Trump ganó inesperadamente las elecciones en EEUU. Aunque en la noche electoral la volatilidad se adueñó del mercado de divisas y el euro llegó a rozar los 1,13 dólares, desde entonces no ha cotizado en verde ninguna jornada.
El republicano ha prometido incrementar el gasto público, lo que elevaría los datos de inflación, uno de los requisitos que la Reserva Federal tiene a la hora de incrementar los tipos de interés en Estados Unidos.
De hecho, en la jornada de ayer la presidenta de la entidad, Janet Yellen, apuntó claramente al encuentro que el regulador estadounidense mantendrá en diciembre como fecha escogida para volver a subir el precio oficial del dinero después de hacerlo hace un año por primera vez en casi una década. El mercado también apunta en esa misma dirección y desde Bloomberg dan un 96% de posibilidades a que se produzca.