La moneda común consiguió rebotar con fuerza ante la debilidad de los últimos datos de la economía estadounidense. El petróleo, por su parte, no frena su caída.
Las malas noticias de EEUU corrieron como la pólvora en los mercados, lo que profundizó la debacle de las bolsas, también en Europa. Ayer se conoció que las ventas minoristas en el país cayeron un 0,3% mensual en septiembre, lo que significa el primer descenso desde enero. La sólida recuperación del país, que se ha basado principalmente en un consumo interno consistente, queda así en entredicho.