Situación de corto plazo:
La importante subida que hemos visto en el eurodólar (EURUSD) en enero llevó al par a alcanzar el objetivo que veníamos señalando desde que superó los altos del año pasado en los 1,21, concretamente la zona de los 1,25 dólares por euro. Por ahí se encuentra un punto de giro potencial muy importante, como es el ajuste o recuperación del 38,20% de Fibonacci de toda la última tendencia bajista de largo plazo (que nació en la zona de 1,60).
Entre este entorno de los 1,25 dólares por euro y la tangencia con la directriz bajista principal, que discurre actualmente por los 1,26-1,27 dólares por euro, consideramos que podríamos ver un freno en los ascensos de los últimos meses e iniciarse una fase de consolidación, lo cual podría encajar con un rebote del índice dólar tras alcanzar su directriz alcista de medio / largo plazo.
A corto plazo vemos del todo normal que el eurodólar encuentre dificultades para seguir sosteniendo los avances pero, de momento, no vemos nada que plantee un agotamiento alcista sostenible en el tiempo. Para ello debería perder a corto soportes de 1,23. Mientras eso no suceda no descartamos un nuevo impulso al alza hacia esa directriz bajista.
Situación Tendencial:
La tendencia que definía el eurodólar a lo largo de los últimos años era claramente bajista pero la superación de resistencias de 1,1620-1,17 dólares por euro, que era el techo del proceso lateral que acotaba su evolución durante los dos últimos años, es algo que plantea que los mínimos marcados en los 1,0339 han sido el suelo de la tendencia bajista de los últimos años y el punto de origen de una tendencia alcista que podría buscar objetivos iniciales en los 1,25 (ya alcanzados) y 1,32 dólares por euro.