Situación de corto plazo:
Lo que estamos viendo durante las últimas jornadas en Wall Street es un calco de lo que sucede en las bolsas europeas. A corto se asiste a una fase de consolidación que sirve para ajustar parte del movimiento alcista que vimos la semana pasada y que tiene visos de ser la primera pata de un rebote que aún podría tener continuidad en próximas semanas.
Pistas que apuntarían hacia el comienzo de un nuevo segmento al alza en las bolsas norteamericanas las tendremos en cuanto el futuro del mini S&P 500 consiga batir resistencias que presenta en la zona de los 1.900/1.910 puntos, que son la clavicular o línea de confirmación de lo que podría ser una clara figura de vuelta en forma de cabeza y hombros invertido. Si toma cuerpo esta pauta podría favorecerse con más fuerza un escenario de alzas hasta, cuando menos, objetivos en los 2.000 puntos del futuro del mini S&P 500.
Para que exista un deterioro en las posibilidades de seguir viendo mayores alzas es preciso que se pierdan soportes como son los 1.870 puntos del S&P 500, que son la base de la consolidación de las últimas cuatro jornadas.
Situación tendencial:
La tendencia alcista que definen los principales índices norteamericanos desde el año 2008 / 2009 se mantiene vigente y para que exista un deterioro en sus posibilidades alcistas es preciso que una próxima caída perfore los mínimos que se marcaron en la sesión de pánico del pasado 24 de agosto, que llevó a los índices a alcanzar / aproximarse a zonas de soporte fundamental de medio plazo como son los mínimos del año pasado, que podrían ser la base de una consolidación que tiene como techo la zona de altos del año. El alcance de esta zona de soporte la vemos como una oportunidad para comprar bolsa estadounidense partiendo de la idea de que si se pierden estaríamos delante de un cambio de tendencia de medio plazo que obligaría a vender posiciones en EEUU para evitar caídas que podrían llevar al S&P 500 a los 1.600 puntos.